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Es miércoles por la tarde y una primavera extraña respeta el termómetro. La escena es inaudita. Entre los surtidores de combustible bien podría pasar en cualquier momento la bola de paja de las películas del Oeste. Esa que anuncia la calma y el ... aburrimiento antes de que llegue el nuevo sheriff imponiendo el orden.
Las puertas automáticas de la Estación de Servicio de Paso Honroso ahora no se abren cuando notan presencia humana, toca accionarlas desde dentro. La hospitalidad no es instantánea, pero espera dentro de la tienda.
#Heroesdehoy
Carlos Fuente y dos trabajadores de la gasolinera charlan en una tarde donde el tedio lo rompen las canciones del hilo musical.
«Te diría que trabajamos con normalidad pero te mentiría. La movilidad es cero así que viene muy poquita gente», comenta Carlos, el encargado, que asegura que por allí no pasa más que lo esencial: gente que sigue trabajando como agentes de policía, bomberos, trabajadores de Mercaleón y poco más.
«Tenemos abierta la estación de servicio 24 horas y el grueso de la actividad está en la gente que madruga, gente que a las cuatro o cinco de la mañana empieza a funcionar para la distribución», explica el gerente, que asegura que en Paso Honroso no ha habido ERTEs ni eliminación de turnos.
De los que pasan por la gasolinera, hay de todo. «Hay gente muy preocupada, gente poco preocupada, gente concienciada y gente que menos. No hay costumbre de que se sirva la gasolina uno, como en las ciudades grandes, lo que da oportunidad a que la gente lo haga», asegura.
El tiempo, que ahora tienen por exceso, abre el abanico de posibilidades. «Se hacen cosas, da tiempo para dar la vuelta entera a la tienda y para más, siempre hay algo que hacer».
El precio del combustible en esta gasolinera ubicada junto a Mercaleón se mantiene en los últimos diez días, en un sector que echa de menos las luces de otros. «Es curioso porque en todos los sitios salen los supermercados, que es cierto que son fundamentales, pero nosotros también estamos aquí para fruteros, carniceros, policías, bomberos y demás. Prestamos un servicio y lo damos a aquel que sigue trabajando».
Eso sí, Carlos no se considera un héroe. «Creo que no lo somos, simplemente prestamos un servicio, héroes son los que estan en primera línea».
Con una clientela que ha caído a más de la mitad de antes de la crisis, la gasolinera sigue abierta, esperando poder ser el combustible de una recuperación que llegue pronto.
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