La persona que controlaba el páncer: «Allí se sutiró todos los días de la semana anterior al accidente»

Una situación que ha explicado en la séptima sesión de las declaraciones del juicio de la Hullera Vasco Leonesa. Abel ha relatado este martes en los Juzgados de León que «en comparación con otros macizos había mucho gas en ese», insiste ante las preguntas de los abogados. El testigo asegura que «había veces que se paraban y yo empezaba a arrancarlos y no me daba tiempo a arrancarles todos cuando ya volvían a saltar porque el gas pasaba del 1,5% de gas».

«La gente estaba en los vestuarios diciendo 'a ver si no me mandan al séptimo' y eso se sabía la gente lo decía en el vestuario y luego en lampistería», asegura Viñuela. Unas declaraciones que se han repetido en varias ocasiones a lo largo de esta jornada en la que uno de los abogados de los acusados ha preguntado si son conscientes de que trabajar en una mina es peligroso y que hay grisú en la mina, a lo que Abel Viñuela respondió que si, que «sabemos lo que es una mina, pero esas cantidades de gas no eran normales en ninguna mina».

La defensa duda de las decalraciones del testigo al que muestran el gráfico del registro del metanómetro de la galería de la séptima. Viñayo insiste en que «no sé ni de donde sale esa gráfica ni qué es», y asegura que «yo lo único que le digo es que esa mañana se pararon los páncer y hubo veces que no me daba tiempo a arrancarlos todos y volvían a parar».

«La semana anterior se sutiró entera, había días que no salía mucho, pero era un trabajo normal, de avanzar rampa normal», relata el testigo. Unas declaraciones que contradicen lo que habían declarado los acusados en su momento que remarcaron que se cumplieron todas las Disposiciones de Seguridad en todo momento.

Para asegurarse otro de los abogados preguntó si el carbón que salía era sólo del frente: «No, no era de sutiraje», insistió Abel Viñayo que explica las diferencias en el tamaño cuando el carbón sale de un lado y cuando sale del otro.

Abel mantiene que él hizo quejas y habló con el vigilante de cómo estaba aquello, pero nada por escrito. El testigo recuerda que le habían cambiado el turno «yo estaba bien de tarde y no sé el motivo me pusieron de mañana» y esto era habitual cuando alguien se quejaba de algo.

Unas declaraciones que hicieron los compañeros previos y en las que se preguntó en varias ocasiones ¿qué pasaba si uno se quejaba? «Bueno pues nada, te mandaban a otro turno o a otro trabajo y no podías decir nada», relata Abel, que recuerda que «depende de lo que te quejaras 'te castigaban', como decíamos allí».

También se ha comentado en esta sesión la posibilidad de haber hecho uso de la brigada de salvamento para hundir la bóveda. «Si, eso se dijo que ellos podían hundir la bóveda porque tenían unos equipos especiales que nosotros no teníamos», responde el testigo que no sabe el motivo por el cual no se les llamó.