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La sexta sesión del juicio de la Hullera Vasco Leonesa se ha iniciado con las declaraciones de los testigos, entre ellos, los principales afectados. La jueza ha cambiado el orden de las mismas a petición de una abogada, ya que su representado, Juan Manuel Menéndez ... Montero, tiene problemas de memoria y diversas secuelas.
El varón ha tomado asiento y ha preguntado si le iban a realizar una entrevista. La jueza le ha explicado al testigo el motivo por el que estaba en la sala y que debe decir la verdad. «¿Yo tengo que decir la verdad y el resto puede mentir?», ha remarcado el minero en relación a la posibilidad de los acusados de mentir para defenderse.
Cuando le han preguntado por lo que ocurrió ha respondido que: «Según escuché un escape de grisú». Menéndez asegura que «estaba en la mina» el día del accidente, pero «no se donde». Y ante las preguntas del fiscal sobre si él ayudo en el rescate de los heridos y fallecidos ha asegurado que «vendrían otros a rescatarme a mi, el grisú no perdona».
El testigo acude con gafas de sol, pero mantiene que «veo como un cañón» y explica que tiene muchos dolores de cabeza y le molesta la luz. Ante la pregunta del Ministerio Fiscal sobre si trabaja o tiene alguna invalidez Menéndez ha lamentado que «no valgo ni para caminar, cómo voy a trabajar».
Arpac Acs Harmath, otro de los trabajadores del pozo Emilio del Valle, declaró en esta jornada por videoconferencia y con la ayuda de una traductora. El testigo inició su declaración remarcando que el accidente fue «hace 10 años» y recuerda que estuvo en el sitio donde se produjo el accidente en la mina, pero pasó mucho tiempo y «tengo problemas de memoria que están justificado, y no me acuerdo muy bien de todo».
El testigo asegura que tiene problemas de memoria y «no puede ir solo a ningún sitio», además no puede montar en ascensor y también duerme mal. «Tiene crisis de pánico», remarca la traductora.
El fiscal pregunta si acudió a la zona del accidente. «Él tenía 38 años de actividad en la mina. Él estaba en una planta inferior, notó como se movió mucho el aire y la persona más cercana estaba más o menos a un kilómetro de distancia», relató la traductora tras la intervención de Arpac. También uno de los abogados de la defensa preguntó por este hecho y si escuchó un ruido cómo el de una metralleta (que sería característico de un fenómeno gasodinámico) a lo que el testigo insiste en que no: «fue un bufido muy fuerte».
Acudió desde otra zona a colaborar cuando vio a los compañeros, nadie le pidió que lo hiciera que se situó al lado de la locomotora y comenzó a cargar heridos y muertos para poder sacarlos a la calle. Trabajó sin auto-rescatador en una zona en la que el aire no era del todo bueno. «Necesité ayuda para salir, me sentía mal y me tuvieron que sacar», recuerda Arpac
El testigo notó una ráfaga de aire fuerte y cómo tenía mucha experiencia supo que «había pasado algo». En el momento del accidente él también corrió para salvarse «porque no tenía aire», pero luego vio a unos compañeros y fue con ellos «a salvar a los que estaban en la planta siete».
«Él estuvo allí muchas veces, dice que sabía que era un sitio peligroso», traduce la abogada las palabras de Arpac. «Su deber era ayudar a cargar en la locomotora a los muertos y los heridos y él estaba ahí ayudando», relata la traductora, «dice que por el esfuerzo físico notó una presión en el pecho, él se sentó y necesitó ayuda»
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