¿Lo que pasó era previsible?, pregunta uno de los abogados de la acusación al testigo. «Es previsible como cualquier riesgo, como un caída en altura, pero eso no quiere decir que se vaya a caer un señor de un andamio, pero el riesgo ... existe y se toman las medidas», asegura Sergio Suárez, que insiste en que en este caso se hacían «desgasificaciones, medidas colectivas, disminuir altura de la llave y en última instancia los equipos de protección que marca la norma».
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Unas palabras que han sentado como un jarro de agua fría entre las defensas, por parte de un testigo propio, que ha reconocido que una invasión de grisú estaba reconocida dentro de los riesgos de la mina y con ello podía ser «previsible».
Sergio Suárez Barredo, que en el momento del accidente trabajaba para la UTE Santa Lucía y nunca trabajó de manera directa con la Hullera Vasco Leonesa, fue el primero de los testigos de esta jornada, aunque estaba previsto para el martes 7 de marzo.
El testigo, ingeniero técnico de minas, recordó que «hicimos la parte final de la galería de la séptima este» ya que su trabajo consistía en «hacer galerías en general y también mantenimiento de tuberías y guías».
Sigue siendo uno de los puntos que no se deja de lado en cada una de las sesiones. El error topográfico en los mapas de la séptima este el testigo ha vuelto a explicar ante la sala que «nosotros empezamos la galería y el avance se hace siguiendo muro (el carbón)» y posteriormente se llevan a cabo los planos.
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Más declaraciones
Sergio también ha recordado que «nosotros teníamos nuestro propio director facultativo» y su organigrama era independiente al de la Hullera Vasco Leonesa, aunque había unas reuniones los viernes en las que se comentaban con cargos de la Hullera «los temas que habían surgido durante la semana».
En este mismo sentido, el testigo relata que «nosotros (la UTE de Santa Lucía) teníamos nuestros propios auto-rescatadores y nos encargábamos de su mantenimiento nosotros mismos». Sergio recuerda que «nosotros estábamos adheridos a sus DIS y luego teníamos tareas que ellos no hacían con unas medidas de seguridad específicas».
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El día del accidente, el testigo recuerda que estaba fuera de la mina. Le llamó José Eliseo y le pidió ayuda y lo primero que se hace es un canal de comunicación. «Eso se hizo en el embarque, encontré a Javier Martínez Rizo le dije que Eliseo quería hablar con él. Luego accedí a la zona afectada y me puse a disposición de Carlos Conejo aunque no llegué a hacer nada porque ya estaba hecho», relató el testigo ante la sala.
Otro de los testigos de esta jornada ha sido Rubén Álvarez Martínez, uno de los trabajadores de otra subcontrata que en el momento del accidente ya no estaba en la Hullera Vasco Leonesa. El testigo mantuvo en varias ocasiones que las medidas de seguridad de la Hullera en este pozo eran mejores que las de Hunosa dentro de su experiencia como trabajador en ambas empresas.
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«Son explotaciones diferentes, capas diferentes y formas de explotar diferentes. Lo que si le puedo decir es que en ambos sitios se tomaban medidas de seguridad para evitar cualquier accidente», aseguró Rubén.
En relación al miedo de los trabajadores, el testigo mantiene que a él nadie le trasladó esa inquietud y aseguró que «a mi no me consta» que los trabajadores tuvieran miedo a represalias por quejarse o mostrar su descontento. En este sentido, uno de los abogados pregunta por si alguno de trabajadores de la séptima tendría motivo para quejarse de algo ante él, que no trabajaba en explotación: «No, pero ellos sabían que yo era el capataz de la contrata».
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Con casi una hora de retraso empezaron las declaraciones del juicio por la muerte de los seis de Tabliza. La jueza resolvió en esta jornada les peticiones de los abogados de la defensa de este lunes. La mayoría de ellos pidieron que se cambiase la declaración del perito Pedro Riesgo, programada para la última jornada. Una petición que no ha sido concedida debido a problemas de agenda para mover todas las declaraciones.
La jueza ha recordado que las declaraciones están fijadas desde enero y nadie ha presentado ninguna alegación sobre su orden y ahora «a una semana de empezar con los testigos peritos no puedo pedirles cambiar el día».
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