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Guillermo Maese y Olaya Suárez
Gijón | León
Sábado, 18 de noviembre 2023, 12:16
Prisión provisional, comunicada y sin fianza por el delito de homicidio. La titular del juzgado de Instrucción número 1 de Gijón envió este viernes al centro penitenciario de Asturias a Adrián G. G. y Bryan H. M, detenidos por la paliza mortal que acabó con la vida de José Antonio Justel. La magistrada, a petición del ministerio fiscal, decretó la medida de internamiento dada la gravedad de los hechos y el posible riesgo de fuga. En ningún momento han mostrado ni arrepentimiento ni tampoco su intención de colaborar con la justicia. De hecho, la Policía Nacional necesitó una orden judicial para poder entrar a los domicilios en los que se escondían y sacarlos por la fuerza, tal y como publica El Comercio.
G. G. guardó silencio ante la jueza, al igual que ya había hecho durante los tres días que permaneció en la Comisaría. Se acogió a su derecho a no declarar. Su primo, Bryan H. M., declaró escuetamente para asegurar que no recordaba nada de lo ocurrido la madrugada del pasado sábado. «Estuve bebiendo desde por la tarde en una fiesta familiar y no recuerdo nada de lo que pasó», dijo, sin responder a las preguntas formuladas por la jueza y la fiscal.
Los dos detenidos llegaron al Palacio de Justicia a primera hora de la mañana conducidos por la Policía Nacional desde los calabozos de la Comisaría. Para entonces, sobre las 9 de la mañana, en torno a treinta familiares les esperaban fuera de los juzgados «para darles ánimos». Pasado el mediodía, comparecían en el juzgado de guardia acompañados de sus abogados y a primera hora de la tarde la jueza dictaba el auto por el que se ordenaba su ingreso en el centro penitenciario de Asturias.
«El ministerio fiscal entiende que existen indicios suficientes sobre la autoría de los hechos y solicitó la medida cautelar de ingreso en prisión provisional de los dos detenidos, dada la gravedad de los hechos y lo elevado de las penas que, en caso de condena, podrían imponerse a los presuntos agresores, además de entender que existe riesgo de fuga», señalaban desde la fiscalía.
Luis Tuero, el letrado que asiste a Bryan H. M., explicó que los detenidos y sus familiares «están preocupadísimos por lo ocurrido» y trasladó el pésame a la familia de la víctima, el leonés de 44 años que falleció el domingo debido a las gravísimas lesiones neurológicas causadas por los golpes propinados, supuestamente, por los dos detenidos.
Según adelantó El Comercio y así corroboró el propio Bryan H. M., ambos habían asistido al 'pedimiento' de una pariente, una fiesta de compromiso en la que se reunieron numerosos familiares de la joven. Los dos acabaron la noche solos por los bares de copas de Fomento.
Fue sobre las tres de la madrugada cuando se encontraron con su víctima en un pub de Marqués de San Esteban. Iniciaron una discusión dentro, según los familiares de los detenidos porque José Antonio Justel «les dio unas palmaditas en el hombro y les empezó a llamar gitanos», un extremo que el entorno de la víctima rechaza frontalmente «porque era una persona que jamás buscaba problemas».
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