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Bryan H. M., en el momento de salir detenido del piso de Llaranes, en Avilés. Policía Nacional
Los amigos de José Antonio se movilizan «para que sea la última víctima de la violencia»
Agresión mortal a un leonés en Gijón

Los amigos de José Antonio se movilizan «para que sea la última víctima de la violencia»

«Era muy pacífico y nada conflictivo, salía a veces solo porque le gustaba bailar. Esta muerte se podría haber evitado completamente»

Guillermo Maese y Olaya Suárez

Gijón | León

Viernes, 17 de noviembre 2023, 11:39

Los amigos de José Antonio Justel plantean movilizarse «para que sea la última víctima de la violencia en Fomento». «Su muerte podría haberse evitado, no es un hecho puntual como quieren hacernos ver, todos los fines de semana hay peleas; Jose no fue el primero ... y si no se pone freno a esto, no será el último», mantiene Inés Díaz Puertas, amiga del hombre de 44 años que murió tras recibir una paliza a manos de dos individuos con los que tuvo la mala fortuna de cruzarse en un pub de la calle de Marqués de San Esteban. Le propinaron una paliza a la puerta del local tras ser expulsado por los porteros y le causaron gravísimas lesiones neurológicas por las que acabó falleciendo pocas horas después en el HUCA, tal y como confirma El Comercio.

«Jose era muy pacífico, nada conflictivo, huía de los problemas y nunca lo vimos que tuviese un problema con nadie. Esa noche había salido solo a tomar algo y a bailar, le encantaba, y si sus amigos no salíamos, él salía solo a tomar unas cervezas, pero jamás tenía ningún problema, al contrario», explica su amiga, que asegura que «el detonante de la brutal agresión tuvo que ser una tontería porque Jose iba siempre a su aire, nunca se enfrentaba y huía de problemas».

El incidente se inició dentro del bar. Los dos agresores fueron expulsados del local por los porteros. Esperaron a que saliese la víctima y «la molieron a palos». «Sigo sin entender por qué no se protegió a Jose, alguien tenía que haber hecho algo porque ese ataque se podía haber evitado perfectamente», lamenta.

«Era de lo mejor»

Sus amigos estudian movilizaciones con colectivos. «Para que se nos escuche», abunda. La primera acción será la de «empapelar el punto en el que lo mataron con recortes de noticias de otras muchas agresiones en Fomento, a ver si así siguen diciendo que fue un hecho puntual...».

José Antonio Justel tenía 44 años, un hijo de cinco años y trabajaba como cartero. Era originario de León pero llevaba años residiendo en Gijón. «Era una chaval de lo mejor, adoraba a su hijo, siempre estaba de buen humor, era muy bailongo y se mostraba contento, nadie merece por supuesto lo que le ha pasado, pero menos él que era lo más pacífico del mundo», apunta su amiga Inés Díaz, muy afectada por la tragedia.

Los dos individuos que le agredieron huyeron del lugar, pero la paliza quedó grabada en las cámaras de seguridad. La Policía Nacional les identificó poco tiempo después como Adrián G. G., de 30 años y vecino de Roces, y Bryan H. M., de 27 años y residente en Avilés. Al parecer, ambos habían asistido a una fiesta del compromiso de boda de una prima y ya de madrugada se quedaron solos de copas por Fomento. Ambos contaban con antecedentes previos y tienen «un carácter muy violento», según los investigadores y tal y como quedó acreditado en el vídeo que recoge la agresión con extrema violencia.

La detención de los agresores

La búsqueda para su localización se prolongó durante más de dos días. Se habían escondido en casas de familiares para evitar su localización. Cuando ya estaba en búsqueda y captura Adrián G. G. siguió subiendo fotografías y vídeos a sus redes sociales. Llegó a hacer una conexión en directo desde su perfil de Instagram. Se creía impune en su escondite. Subestimó a los agentes de la UDEV que le seguían y que los últimos tiempos han resuelto complejas investigaciones, como la del bebé asesinado por su propia madre y arrojado a un contenedor, entre otros muchos.

Pese a las reticencias por parte de su entorno para colaborar en su localización, pudieron ubicar a los dos sospechosos apenas un día después. Hubo que esperar a la llegada de la orden judicial para poder entrar a buscarles. Los presuntos agresores llevan desde el lunes en los calabozos de la Comisaría de la Policía Nacional, a la espera de pasar a disposición judicial.

Según ha podido saber EL COMERCIO, siguen sin querer colaborar con las fuerzas de seguridad y se han acogido a su derecho a no declarar ante la Policía. Mantienen una actitud fría y aparentemente «impasible».

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