Estabilizado el incendio de Castrillo de los Polvazares con condiciones «más favorables»

Las llamas comenzaban sobre las 16.00 horas del lunes 19 de agosto y el fuerte viento pronto hacía presagiar el peor futuro del incendio que es ya el más grave registrado en la provincia de León este verano.

Más de 40 medios terrestres, aéreos y personales se afanan por controlar y extinguir el fuego en Castrillo de los Polvazares, que a mediodía de este martes 20 de agosto bajaba a nivel 1 tras una noche de trabajo para rebajar unas llamas que obligaron a activar el nivel 2 de alerta por la cercanía a varias poblaciones, una estación de servicio y dos carreteras.

A mediodía el fuego se da ya por estabilizado si bien todavía no se ha controlado. El perímetro ya ha sido definido y los mediso desplegados trabajan en un fuego que ha quemado cerca de 800 hectáreas.

En un primer momento las llamas amenazaron las poblaciones de Morales del Arcediano, Piedralba y Oteruelo de la Valduerna, así como la gasolinera ubicada en la salida de la A-6 que une Astorga con Val de San Lorenzo que tuvo que ser cerrada durante varios minutos por el peligro que entrañaba a la población pero que a última hora de la tarde volvía a abrir.

El operativo de seguridad de la Junta, la Brif de Tabuyo y la UME, que se desplegó en la zona por la tarde para colaborar en las tareas de extinción, se concentró así en estas cuatro zonas a fin de garantizar la seguridad y controlar las llamas.

Este martes y tras los trabajos por la noche de los medios la Junta decidía reanudar la circulación por la carreteras LE-6425, que ayer fue cortada al paso de vehículos por el incendio forestal. También se ha reanudado el tráfico en la carretera LE-133.

El alcalde de Santiago Millas, término municipal al que pertenecen las localidades desalojadas, explicó a la Agencia de Noticias Ical que el viento ha sido el culpable de que el fuego «se haya metido encima del pueblo», por lo que la Guardia Civil procedió a su desalojo hasta el lugar en el que se encontraba el Puesto de Mando Avanzado.

Por su parte, el regidor astorgano, José Luis Nieto, aportó más datos al señalar que las llamas se iniciaron «en una cuneta al lado de una carretera», pero es como consecuencia del viento, «que está atacando de costado», por lo que este ha llegado al pueblo de Peñalba hasta el punto de obligar a su desalojo.

Gracias al trabajo de amplio dispositivo que ha trabajado incansable durante la noche, la situación a primera hora de este martes es «mucho más favorable». Según explica Javier Ezquerra, coordinador de servicios de la Dirección General de Patrimonio Natural y Política Forestal de la Junta de Castilla y León, por la noche se logró contener el avance de las llamas.

«Gran parte del perímetro está estabilizada y asegurada con el trabajo de siete bulldozer que operaron de noche, y hay zonas donde se sigue trabajando», explica Ezquerra, que aporta detalles de un incendio que de media tuvo una expansión durante la tarde de más de 175 hectáreas/hora y un avance de media de 28 metros por minuto.

Tras vivirse los peores momentos a las 19.10 horas, la situación comenzó a controlarse en las zonas habitadas a última hora de la noche, y los trabajos continuaron en labores de perimetración y control de los cuatro puntos clave.

A primera hora de la mañana de este martes 20 de agosto son 40 los medios desplegados en la zona, con ocho agentes medioambientales, ocho cuadrillas terrestres, cinco autobombas, dos bulldozer, cuatro Brif y cinco helicópteros. A mediodía, el nivel de alarma se rebajaba a 1 con la previsión de 12 horas para su control.

Este es el segundo incendio que alcanza en poco más de cuatro días el nivel 2 de alerta en la provincia de León tras el registrado en Valverde de La Virgen el pasado sábado y que ya está extinguido.

Además, el lunes comenzaba otro incendio en la localidad de Villablino, en una zona alta de pasto. Las llamas se desataban de madrugada, lo que hace pensar en la intencionalidad del fuego, y tras 12 horas de trabajos se decretaba el nivel 1 de riesgo al encontrarse en una zona de muy difícil acceso para los medios de extinción.

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