Los Pasos presentan a León una rejuvenecida pasión de Cristo

La Banda de Jesús Divino Obrero tuvo el honor de abrir el cortejo y precedía a la Oración en el Huerto, el encuentro de Jesús con el ángel que recoge el cáliz desde el olivo.

El paso del Prendimiento, que estrenaba faroles, es el que más tallas recoge sobre un mismo trono, formaba en segunda posición y jugaba en 'casa' con la Banda de Cornetas y Tambores del Nazareno. Tras de sí, la Flagelación, la imagen más antigua de cuantas procesionan los hermanitos de Jesús.

La liturgia ponía en cuarto lugar la Coronación, que junto con el Ecce Homo caminaban por León acompañados por la Banda de las Siete Palabras. Dos pasos que siguen recogiendo el castigo al que fue sometido Cristo en su pasión.

El paso del titular, Nuestro Padre Jesús Nazareno, conmocionando y cubriendo de silencio a la capital leonesa, llegaba con su rostro tatuado en el pañuelo de La Verónica, que estrenaba sábana de la mano del leonés Luis Zotes. La Agrupación Musical de la cofradía era la encargada de poner música y romper el silencio en las calles.

El Expolio, junto a la Agrupación del Gran Poder, daba paso a la Exaltación, la que hasta este año era la última incorporación del Dulce a su Semana Santa. Este paso es, además, el que más braceros requieres en su largo caminar por los cuatro conventos de la capital.

Y la gran novedad llegaba desde el realismo de la Crucifixión. Navarro Arteaga ha logrado crear un conjunto escultórico sensacional que deja atónito a cualquier papón de acera. Junto a ella, la Agrupación Musical de Angustias daba paso al Santísimo Cristo de la Agonía y su aspecto de sufrimiento sobre el madero.

Cerraron una larga procesión de más de hora y media los dos protagonistas del Encuentro. Víctor de los Ríos entregó a León a San Juan y la Madre Dolorosa para que juntos pusieran el broche de oro a los Pasos con la Banda de Música llevando música a la muerte de Cristo, en vísperas ya de su resurrección, donde el escultor leonés estará también muy presente.

Finalmente, la cofradía cumplió con su objetivo y el recorte en El Encuentro y el ensanche permitió llegar con casi dos horas de anticipo a Santa Nonia, donde la ronda hacía entrada antes de las 13.30 horas.