Roberto Julián Crespo González, trabajador con categoría de picador en las instalaciones de la Hullera en el momento del accidente, durante su declaración.

«Cuatro o cinco días antes, incluso la semana anterior, se habían dado valores altos de gas»

Roberto Julián Crespo González, trabajador con categoría de picador en las instalaciones de la Hullera en el momento del accidente, recuerda que él fue uno de los responsables de levantar el taller: «La bóveda llevaba 15 o 20 días y eso es muchísimo tiempo»

J. Calvo

León

Domingo, 5 de febrero 2023

«Había bóveda y cuatro o cinco días antes e incluso la semana anterior se habían dado valores altos de gas». Es el testimonio de Roberto Julián Crespo González, trabajador con categoría de picador en las instalaciones de la Hullera en el momento del ... accidente.

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Él recuerda en las testificales correspondientes a las diligencias previas a las que ha tenido acceso leonoticias que fue uno de los responsables de levantar el taller en la mortal galería: «La bóveda llevaba 15 o 20 días y eso es muchísimo tiempo», sentencia.

El 28 de octubre de 2013, sobre la una y media de la tarde, recuerda que él «estaba en la 'quinta Este' del macizo noveno», una ubicación que le situaba «a la izquierda del pozo séptimo, en el lado opuesto»

Petición de auxilio

«Yo no escuché nada», recuerda en los autos. Para añadir: «Me enteré por teléfono. Estaba comiendo el bocadillo». «Escuché a un compañero que fuéramos todos que había habido un accidente», también recuerda.

Y de camino al lugar se temía lo peor. ¿El motivo? «Se sabía que en ese taller había una bóveda desde el primer día en el que se comenzó a trabajar. Eso era algo que sabíamos todo el mundo y se había comentado«.

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Los días en los que se montó esa galería él había estado en la zona. «En la rampa estaba bien pero el primer día que se comenzó a explotar apareció la bóveda. Había bóvedas pero se iban controlando y cuando aparecen se obliga a que se hundan. Se suelen dar tiros a los lados para que caiga«.

Responsables

Pero nadie sabe el motivo por el que en el macizo séptimo no se eliminó la bóveda más cuando todos sabían que estaba en ese lugar y el peligro que suponía por una posible acumulación de metano. «Fuí uno de los que hice ese taller pero cuando acabamos nos fuimos a otro sitio», recuerda Roberto Julián Crespo.

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«La bóveda llevaba 15 o 20 días y eso es muchísimo tiempo. Cuando aparece hay que tomar medidas desde el primer día. Se supone que lo comunicaron a la dirección o al capataz y el ingeniero superior«, añade.

Cambios por el peligro en la zona

Igualmente recuerda que en «días anteriores había habido varias paradas por el gas. Cuatro o cinco días antes e incluso la semana anterior se habían dado valores altos de gas. Había problemas de gas y bóveda y tenían que haber parado el primer día«.

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Además recuerda que «la gente estaba trabajando con miedo ya de días anteriores». Incluso va más lejos en su testimonio: «Hubo un chico que se negó a trabajar por el riesgo. El miércoles o el jueves anterior hubo un chico que protesto porque había mucha bóveda y no quería trabajar allí y le cambiaron de lugar».

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