
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La instrucción final del caso abierto por la muerte de seis mineros en el Pozo Emilio el 28 de octubre de 2013 seguirá un paso lento después de que el procedimiento se paralizara en la misma sala del juicio.
Este martes se ha conocido que otros dos acusados en este procedimiento, entre ellos el director general Mario Calvo, han presentado conocimiento de pólizas de seguro que les cubrirían en el caso de una posible condena económica (en este caso por un montante de hasta 300.000 euros).
La aparición de estas pólizas ha derivado en un reinicio de esa parte de la instrucción con el fin de que ante una hipotética condena final las compañías pudieran alegar indefensión dando así al traste con todo el procedimiento.
Para las acusaciones se trata de unas «coberturas clave de cara a la parte final del juicio en el caso de condena» pero que ahora tienen como contratiempo una «dilación del procedimiento que lo extiende en el tiempo causando un enorme dolor a las víctimas», según ha relatado este martes a leonoticias Ramón Carro, representante de una de las acusaciones.
Por su parte las víctimas temen precisamente que la dilación en el caso juegue a futuro en favor de los acusados, quienes podrán alegar la indebida extensión del procedimiento para aliviar una eventual condena.
En apuntes
Entre los acusados por este caso figuran el presidente de la Hullera, Antonio del Valle; el vicepresidente Arturo del Valle; el jefe de personal Aurelio Valle y el director general Mario Calvo; el director facultativo del grupo Tabliza, José Eliseo Solís; el ingeniero jefe de Tabliza, David Toribio; los subjefes Javier Martínez y Jairo Gómez; los vigilantes Carlos Conejo, José Ramón González, Óscar Luis Dopazo, Andrés Rodríguez y Alberto Rivero; y, por último, los jefes de seguridad minera, José Marcos Ulecia y José Carlos Jarrín.
Fueron minutos antes de la una y media de la tarde del 28 de octubre de 2013 cuando un grupo de mineros se vieron sorprendidos por una bolsa de gas grisú. A 620 metros de profundidad y a escasos minutos de que terminase su turno, Carlos Pérez, Manuel Moure, Antonio Blanco, Orlando González, José Luis Arias y Roberto Álvarez encontraron la muerte. Lo ocurrido aquel día es la clave de este procedimiento en el que además se dilucidará las responsabilidades previas, si las hubiera, por el fatal desenlace.
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