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Cuando era pequeña jugaba a vestirse con la ropa de trabajo de su padre. Ataviada con tricornio y capa, Flori soñaba con, el día de mañana, seguir los pasos de su padre y convertirse en Guardia Civil.
33 años después y tras pasar por Barcelona, donde trabajó durante los Juegos Olímpicos, San Sebastián y Boñar, Flori Martínez puede presumir de ser una de las primeras mujeres en el cuerpo de León, comandancia en la que este año cumplirá dos décadas de servicio.
Una vocación que ha mamado desde pequeña personificada en la figura de su padre -ya jubilado y que pasó a reserva el mismo año en el que ella ingresó en el cuerpo- y que la llevó a vivir desde que tenía un año en la comandancia leonesa.
Mujeres pioneras
María Fernández
En casa se tomaron de diferente manera eso de que quisiera seguir los pasos de su padre. «Él se lo tomó bien, aunque a mi madre no le hizo mucha gracia por eso de que yo era mujer. Pero le dije que es lo que quería, lo que siempre había querido y ella sabía que en cuanto me propongo algo, lo consigo».
Lo que un día fue un sueño imposible al no haber mujeres en el cuerpo se hacía realidad en 1990, año en el que Flori pasaba a formar parte de la tercera promoción de mujeres junto a 250 compañeras.
Aunque es cierto que a lo largo de su carrera ha tenido que lidiar con 'caras raras' o gestos de sorpresa al descubrir a una guardia civil entre el resto de sus compañeros, la realidad es que Flori siemrpe se ha sentido «una más del equipo».
«En el trabajo nunca he tenido problemas con los compañeros y he hecho siempre lo mismo que ellos», asegura, al tiempo que reconoce que «es verdad que la gente te miraba un poco raro porque no estaban acostumbrados, pero una vez se habituan no le dan mayor importancia».
A lo largo de estas tres décadas de servicio Flori ha sido testigo de cambios notables en el cuerpo a todos los niveles, entre ellos el de la integración de las mujeres en los equipos, donde poco a poco cada vez son más.
Y es que Flori, que es de la opinión de «si te propones algo en la vida y luchas por ello, lo consigues» en su día buscó alternativas por si no conseguía entrar al cuerpo, pero una vez lo logró «no hubo nada más y ya son 33 años los que llevo aquí».
Con el reto de que cada vez sean más las compañeras que ocupen altos cargos en el cuerpo, algo «que llegará» más pronto que tarde al promocionar, Flori se reconoce como una Guardia Civil más de vocación y de bandera.
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