Los gigantes y cabezudos de León y los dos que nunca desfilan

Hay quien los adora y quien los teme. No son pocos los niños que lloran cuando Diablo corre detrás de ellos como un pillo ni los que ríen al paso de la Tarasca mientras baila al compás de la dulzaina y el tambor. Los gigantes y cabezudos son ese imprescindible de las fiestas de San Juan y San Pedro de León que no por habitual deja de ser uno de los principales atractivos cada tarde en el centro y los barrios de la capital durante los días festivos.

Porque el tradicional y centenario pasacalles de los gigantes y cabezudos es la cita que, como marca el programa, cada día de fiesta desde las 18.00 horas pone rumbo desde San Marcelo para acercar de la mano de la asociación A Paso de Gigante el folclore leonés a los barrios.

La comparsa que como decimos tiene su salida en el consistorio leonés de San Marcelo, donde descansan las figuras durante las fiestas para poder ser visitadas, está compuesta por seis gigantes y diez cabezudos. Lo cierto es que en León son 17 los cabezudos, pero siempre desfilan los diez que están en mejores condiciones -no dejan de ser figuras antiguas y que requieren un especial cuidado-.

El ritmo lo marca siempre la Tarasca. Esta figura, que representa «a una mujer libre, de vida alegre y que nunca seguía las normas», explica Alejandro Santos, secretario de la asociación, es la encargada de comandar a la comitiva a la que sigue el sonido de la dulzaina, el tambor y el bombo, que marcan el ritmo bajo las pautas de Tolo, el dulzainero que lleva más de una década poniendo sonido al pasacalles.

Detrás desfilan el resto de personajes, que hace siete años se restauraron de forma completa y a los que se va reparando periódicamente para que estén en plenas facultades a la hora del desfile. Los últimos restaurados han sido el Moro y la Tarasca. La Tarasca el año pasado tuvo una caída frente al Auditorio Ciudad de León y el Ayuntamiento junto a la asociación que preside Estíbaliz Da Cruz, que aglutina a cerca de 40 miembros, la ha puesto a punto para su desfile de este año.

Una mujer de vida alegre, que nunca seguía las normas y que no desfila tras la música, sino por delante porque ella hace lo que quiere y marca el recorrido. En otras ciudades también existe esta figura, y en algunos lugares es tradicional que quemen su vestido cada año, aunque en León no se hace.

Los dos gigantes más castizos, desfilan ataviados con el traje típico leonés.

El origen concreto del personaje se desconoce.

Personajes históricos de la provincia de León que son un imprescindible en los gigantes y cabezudos.

Son los más desconocidos y la razón no es otra que su ausencia en el pasacalles. La faraona y el emperador llevan más de dos décadas sin desfilar por su estado. Su composición y estructura, diferente al resto de figuras, hace especialmente compleja su restauración por lo que descansan para no sufrir daños.

A los gigantes los siguen los cabezudos. Son 17, pero desfilan diez, entre los que se encuentran Bruja, el Marinerito (el más antiguo de todos ellos), Zipi y Zape, Pirata, Diablo o Abuelita, que danzan al ritmo de la música.

Se espera que este 2024 los barrios de la periferia también puedan disfrutar de los gigantes y cabezudos. Será en las fiestas de San Froilán, para las que la asociación ya trabaja junto al Ayuntamiento en hacer posible que los pasacalles salgan de la zona centro y los barrios más cercanos para poder llevar a la Tarasca y sus compañeros a los barrios periféricos como Pinilla o Armunia.

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