Crimen de la Torre: «Siguieron a Mario 100 metros para clavarle la navaja y girarla dos veces»

En ese momento, este matrimonio de Colindres, que tiene otro hijo de 15 años, no se lo podía creer. Y un año después siguen asimilando, con suma dificultad, la ausencia de su hijo, que, con 18 años, aspiraba a ser profesor de Educación Física y tenía toda la vida por delante.

«A mi mujer le cuesta dormir mucho y, tome lo que tome, se despierta a las 05.45 horas», asegura Jesús en una entrevista con El Diario Montañés. Tiene grabado ese momento en el que le arrancaron una parte de su vida. «Yo, en cambio, duermo algo mejor, pero lo más horrible que me pasa es soñar que está vivo. A veces me despierto con una sensación de alegría, pero luego me doy cuenta de que no es real», relata Jesús Fuentes, al que le cuesta expresar lo que lleva dentro. «Aprendes a mentir cuando te preguntan qué tal estás».

Durante este «largo año» que ha transcurrido desde que tuvo lugar un trágico suceso que conmocionó no solo al municipio de Colindres -donde Mario tenía numerosos amigos y era muy querido- sino al resto de Cantabria, esta familia ha recibido el cariño de mucha gente, entre ellos, el de otras personas que están viviendo una situación similar. «Al principio, mi mujer siguió trabajando en el albergue que tenemos en Rasines (La Brena) a ver si se le pasaba, pero al final no puedo con ello y cerramos de julio al pasado abril, cuando hemos vuelto a recuperar la actividad».

Su otro hijo, Manuel, apenas tardó dos semanas en ocupar la habitación de su hermano Mario. «Se ponía su ropa, aunque le quedara grande. Hasta me ha dicho que quiere estudiar lo mismo que él», apunta su padre, emocionado, que tiene grabado en su cabeza todo lo que ocurrió tras recibir la peor noticia de su vida. «Cuando los agentes me dijeron que habían cogido a los responsables de la muerte de Mario me dio igual. No era un motivo de alegría porque no me iban a devolver a mi hijo», apunta este padre, que, «por suerte», nunca ha tenido sed de venganza. «Solo pensaba que me había quedado sin él».

Aun así, Jesús se muestra «muy preocupado» por la situación en la que se encuentra el proceso judicial, ya que, a pesar de que el autor confeso del crimen, Jorge Cervantes, se encuentra en prisión provisional desde hace un año, el resto de amigos que lo acompañaban aquel día «están libres». «Jorge y sus cuatro amigos tuvieron en sus manos la navaja, de 39 centímetros, con la que mataron a Mario e incluso se fotografiaron con ella durante una cena previa a las tres peleas que provocaron y que el juez ha decidido desvincular, distorsionando así la realidad de los hechos», lamenta Jesús, que cree que todos ellos «actuaron como una banda organizada cuyo modus operandi fue atemorizar, acorralar, agredir y humillar a otros jóvenes».

El padre de Mario sostiene que estos cuatro jóvenes «intervinieron en las peleas sabiendo que Jorge portaba un arma blanca de enormes dimensiones, lo cual les otorga una garantía para lograr intimidar o en su caso neutralizar la posible resistencia de sus víctimas». «Aunque el brazo ejecutor fue uno, lo ocurrido esa noche pone de manifiesto que hay una realización conjunta. El deber de ellos era quitarle la navaja», afirma, al tiempo que apunta que entre los amigos de Jorge hay dos estudiantes de 4º de Derecho y otro de 1º de Ingeniería. «Sabían perfectamente lo que hacían y a qué se enfrentaban». Por eso Jesús cree que las dos agresiones previas a la de Mario «son las que inculpan y hacen cómplices a los amigos de Jorge. Si las desvinculas, no». Pero no se queda ahí, ya que su teoría es que a su hijo lo «asesinaron».

«Jorge y sus amigos tuvieron una pelea previa con el grupo de Mario y luego volvieron a por él, por eso creo que es asesinato y Jorge sabe que si dice la verdad es un asesino. Hubo una orden de ir a por Mario y corrieron tres por detrás. Jorge lo siguió más de cien metros por un descampado para después clavarle la navaja y girarla dos veces, atravesándole el pulmón».

A Jesús no le preocupa el tiempo de condena que le impongan al agresor, ya que «por estar más años en la prisión no va a salir mejor persona», pero sí pide «justicia». Y manda un mensaje a Jorge, que no se ha dirigido a esta familia para mostrar arrepentimiento alguno, si bien su madre mandó una carta mostrando su pesar.

«Lo que le pido es que no le joda más la vida a su madre, que diga la verdad porque está protegiendo al resto. Y que elija bien a sus amigos en la cárcel de Villahierro porque seguramente encontrará alguno mejor que los que le acompañaban aquella noche».