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Jueves, 3 de junio 2021, 10:37
La versión que han ofrecido los amigos de Jorge C. B. -el autor confeso de la muerte del colindrés Mario Fuentes en León- sobre el origen de la pelea que acabó en tragedia, nada tiene que ver con la manifestada por los amigos ... del fallecido. Mientras los primeros declararon que ellos no provocaron la reyerta, los segundos lo desmienten.
«Se acercaron unos seis varones, se les veía con ganas de pelea. Uno de ellos portaba en una de sus manos un cuchillo o una navaja. Se organizó una pelea entre estos chicos y parte de mis amigos. De repente noté un golpe en la cabeza y caí al suelo. Vi que sangraba abundantemente por la cabeza y me dirigí con un amigo al centro de salud de La Palomera», declaró horas después de la pelea un amigo de Mario Fuentes, que tuvo que recibir diez puntos de sutura como consecuencia del golpe. «Le pedí que guardase la navaja y la guardó en ese momento, pero no sé cuando volvió a sacarla. Amenazó a más personas con ella».
Este joven no fue el único que sufrió una agresión durante la fatídica madrugada del 16 de mayo. Otro amigo del fallecido aseguró a la Policía Nacional que recibió un puñetazo en la mandíbula, por el que cayó al suelo. «Creo que perdí el conocimiento durante al menos unos segundos, ya que lo siguiente que recuerdo es a un amigo agitándome la cara y diciéndome que espabilara».
Amigo de Mario - Testigo
Una vez que este joven se incorporó, vio a su amigo Mario en el suelo, «sangrando abundantemente» por una «herida de gran tamaño» que tenía en el pecho, «por lo que la presioné para evitar que se desangrara». Después llegaron los servicios de emergencias y se llevaron al estudiante cántabro. «Me dijo que estuviera tranquilo, que no me preocupase, que se iba a poner bien».
Un tercer testigo y amigo de la víctima contó que aquella noche estaba escuchando música y bebiendo con unos colegas cuando llegó Mario, acompañado del amigo que después recibió el golpe en la cabeza por el que tuvo que recibir diez puntos, y otros dos jóvenes. A eso de la una de la madrugada decidieron irse al descampado que hay detrás del polideportivo y del supermercado Lidl. Fue entonces cuando llegó un grupo de unos cinco chicos a los que no conocía de nada, que poco después «iniciaron la pelea». De repente, este testigo vio como, «sin ningún motivo», uno de estos chicos le propinó un puñetazo a un amigo que fue el que quedó inconsciente. «Al verlo en el suelo con los ojos en blanco, le pegué un empujón al agresor para apartarlo del lugar y me tiré de rodillas al suelo para poner a mi amigo en posición lateral intentando que espabilara».
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En ese momento, dice que uno de los chicos de ese grupo que inició la pelea empezó de forma muy agresiva a retar a otro de los jóvenes, al que golpearon en la cara. «Vi que tenía una brecha en la cabeza y le retiré del lugar para protegerle, pero ese mismo chico se enfrentó a mí y me dio un golpe en el ojo izquierdo». Entonces, este testigo se llevó a su amigo, que sangraba por la cabeza, al centro de salud, desde donde fue trasladado al hospital. En ese momento, otro amigo le informó de que habían apuñalado a Mario y regresó de nuevo al lugar donde empezó la pelea. Al llegar allí, se encontró llorando, con las manos y la ropa ensangrentada, a su amigo. «Se me ha muerto en las manos», me dijo.
Un cuarto testigo y amigo del fallecido, que no pudo precisar cómo se originó la trifulca, detalló que cogió a Mario y lo separó de donde estaba produciéndose la pelea. «Le pregunté que coño pasaba y me contestó: «Este tío está pirao, tiene una puta navaja'». Entonces, dice que Mario volvió hacia donde estaba la reyerta y ambos grupos se soltaron algún puñetazo. «Seguidamente vi que el grupo de los agresores iba directamente a por Mario y otro amigo. Mario reculaba hacia atrás dado que venía un chico frente a él que estaba como ido y que le decía: 'Tu a mi qué. Maricones, venid ahora, venid ahora...'. Todo el mundo se apartó, mientras Mario seguía reculando y después empezó a correr. Se giró de nuevo para observar a su perseguidor y fue cuando le pegó una puñalada en el costado central derecho, en diagonal». Este testigo dice que en ese momento escuchó al agresor decir a uno de los que estaban con él: «Tú, que le acabo de meter una puñalada». Y ambos salieron corriendo y huyendo del lugar hacia la zona del parking.
A continuación, cuenta que Mario, que estaba en el suelo sentado y apoyado en una pared del pabellón deportivo de La Torre, se llevó la mano al costado y le dijo: «Llama al 112 que me acaban de apuñalar».
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