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Ian Martínez en el partido de Copa del Rey contra la UD Llanera.
Ian Martínez, delantero de otro planeta: «Me tiré con todo, es mi gol más importante»
Cultural | Primera RFEF

Ian Martínez, delantero de otro planeta: «Me tiré con todo, es mi gol más importante»

El delantero del Júpiter Leonés recuerda el gol con el que se volvió a coronar en una Cultural que se hace aún más líder y habla sobre su papel en el primer equipo

Martes, 3 de diciembre 2024, 08:23

Fue el encargado de despejar todos los fantasmas que asolaban a la Cultural cada vez que jugaba en Tarragona. De hacer estallar a toda una ciudad. De seguir imponiendo la ley culturalista en Primera RFEF. Ian Martínez se coronó una vez más y brindó a León una de esas victorias que dan un golpe real sobre la mesa.

Tiene 20 años y su ficha es del Júpiter Leonés, pero Ian tiene ese don, esa magia que te hace estar ahí cuando hay que estar. Cuando pasa una vez puede ser suerte. Cuando pasan dos, también. Pero cuando pasa tres... ahí hay algo más que suerte. Salió en el minuto 82, «con el estadio lleno y la afición apretando», mientras el marcador reflejaba un 2-2 que contentaba a ambos equipos. ¿Su misión? «Cerrar líneas, defender y currar para que el Nástic no encontrase a sus dos pivotes», pero sin olvidarse del área: «Llona me dijo que en algún momento íbamos a tener una, que en el tiempo que quedaba sufriríamos, pero que cuando atacásemos me fuera al área y mirase a portería sin moverme de ahí», explica a este periódico.

Nombre propio

Así fue y así lo hizo. En el 95' relució la garra de Calderón, ese puñal de la Cultural por la banda derecha, poniéndole un caramelito en forma de centro a Ian, que lo remató con su alma para que Alberto Varo sacase una mano «espectacular». El balón se quedó muerto en el aire y a por él, con suma rapidez y astucia, fue el joven de 20 años: «Todo pasa muy rápido, me tiré con todo y de un momento a otro me vi dentro de la portería».

Fue el nombre propio del partido. El destino quiso que fuese en Cataluña, su tierra, y con toda su familia presente en el estadio: «He recibido muchísimos mensajes de amigos y antiguos compañeros, pero si te digo la verdad lo que más resalto es que estuviesen allí mis padres, mi novia, mis abuelos... fue un momento muy especial». No tiene ninguna duda de que haya sido el gol más importante de su corta carrera deportiva hasta el momento, y es que el contexto es inmejorable. «La importancia del partido, el momento de la liga, cómo estamos nosotros», reflexiona Ian para acabar reconociendo que «no hay ninguna pega para que no lo sea».

Humildad y trabajo

Lejos de ego alguno, Ian tiene claro lo que le toca hacer cuando sube con la primera plantilla: «Acatar órdenes». Responde a ese tipo de jugador que uno siempre quiere para su equipo, máxime cuando es del filial y tiene ese hambre de querer siempre más: «Soy de pelear, del cuerpo a cuerpo, de disputar cada balón y de hacer lo que se me pide». «Si te tienes que poner el mono de trabajo, te lo pones y ya está», señala el catalán. Las cosas las tiene muy claras y no comete los pecados que podría cometer otro en su situación. Tiene mentalidad de jugador experimentado que, mezclada con su viveza y su hambre, acaba en un delantero como él. «Los '9' tenemos ese rol de saber sufrir, de que aunque la grada esté encima tuyo tú tienes que ayudar al equipo luchando y despejando balones y después si hay un ataque estar allí para aportar», apunta.

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Sabe que su equipo es el Júpiter, que lo de subir con el primer equipo son «oportunidades» y, aunque es uno de los del filial que habitualmente está en dinámica con ellos, aprovecha cada minuto de sus entrenamientos para absorber «detalles» de cualquier índole: «Son todos de una talla espectacular y en todo lo que puedas fijarte te va a ayudar a mejorar. Yo, por ejemplo, me fijo mucho en los controles y en los movimientos que hacen Antón, Manu y Juan para intentar hacerlos yo después», explica.

«Si añaden seis, jugamos hasta el minuto 97»

Su gol en el descuento no fue el primero en esas condiciones ni suyo ni de la Cultural. En la primera ronda de la Copa fue quien marcó los dos goles contra la UD Llanera en la prórroga, mientras que a nivel general la Cultural ya ha hecho varios goles en los últimos minutos que le han dado puntos valiosísimos, como en Zamora o Amorebieta, amén del partido contra el Tarazona en León. «Es fe y confianza, creemos mucho en nosotros mismos y no damos ningún balón por perdido, si añaden seis de descuento nosotros jugamos hasta el 97'», dice Ian, que destaca la competitividad de la plantilla: «Todos quieren ganar todo hasta en los entrenamientos y eso, al final, se traslada a los partidos». «Son detalles, si no crees y no vas a por ese balón en los últimos minutos no te llega la oportunidad e incluso le puede llegar al rival. Por tu parte que nunca quede nada», advierte.

Sus cortas pero determinantes actuaciones, sobre todo de cara a puerta, abren el debate sobre su futuro en la Cultural y la hipotética posibilidad de tener una ficha con el primer plantel culturalista, algo de lo que Ian declina hablar para centrarse en su deber. Su contrato es de un año más otro prorrogable. «No sé si tengo hueco en ese equipo, yo soy del Júpiter y varios entrenamos con ellos, lo que más quiero ahora es mejorar y entrenar a su lado es lo que me va a ayudar a dar ese pasito pillando cosas y detalles», precisa. «¿Que luego te dan oportunidades como contra el Amorebieta, el Nástic o en Copa? Pues bienvenido sea, lo que llegue bueno es, pero estamos hablando de que estás jugando en Primera RFEF, no te puedes quejar», reflexiona haciendo gala, de nuevo, de su madurez. «Me considero un jugador del Júpiter que entrena con ellos y si me convocan pues a mentalizarte y si juegas, pues mejor», apostilla.

Baluarte para la Cultural

Tres goles en 100 minutos hacen de Ian un perfecto baluarte del que la Cultural ya conoce sus prestaciones en el área. Números que le definen, que ponen de relieve su trabajo diario: «Entrenas cada día para tener esa recompensa, que quizá algo de suerte sí que haya que tener porque la recompensa te puede llegar o no, pero seguro que si no te lo curras va a estar más lejos». «Lo que está en mis manos es lo que intento hacer, que es estar ahí cuando tienes que estar y disfrutar cuando llegan ese tipo de recompensas».

Es el nombre más buscado entre la afición culturalista. Ya solucionó un partido atascado como el de la UD Llanera y volvió a iluminar el camino de la Cultural frente al Nástic de Tarragona para poner al equipo ocho puntos sobre el segundo, el propio club catalán, a 11 sobre el quinto y a 16 sobre el descenso. Ian Martínez, el jugador de otro planeta que sin estar invitado y con un centenar de minutos jugados, ha decidido dos partidos del líder indiscutible de Primera RFEF.

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