«Que todo el mundo sepa que me han quitado a mi madre»

Los recuerdos se agolpan en la memoria de Ángeles García. La rabia se ha impuesto a la pena desde hace semanas, cuando descubría el «sufrimiento» de su madre Teresa Valverde que acababa falleciendo con úlceras necróticas en San Juan de Dios.

«No he podido llorar de la rabia que tengo encima», explica a Leonoticias la familiar de la anciana que fue desplazada de su residencia de la tercera edad de Valderas al Hospital de León, donde llegó «terminal» debido a la infección provocada por escaras.

La hija ha denunciado a la residencia por el «abandono» de su madre a quien trasladaron al Caule con «úlcera en talón y tobillo con mala evolución», según el informe médico y a quien descubrieron úlceras en talón, maléolo, trocánter mayor izquierdo, cara posterior del muslo y sacro.

Considera que su madre «no estaba para morir» y descarta que entrara con demencia en el centro sociosanitario. «Solo hay que ver las imágenes y ver lo que ha sufrido», lamenta.

Durante el mes de mayo no pudo acudir a ver a su madre por problemas médicos personales que la obligaron a pasar varias veces por el hospital. Sin embargo, el Día de la Madre y en su cumpleaños, llamó a la residencia para hablar con ella. «Me la ponían y le decían que me dijera algo, pero no hablaba», recuerda ahora. «Ahora me siento yo la culpable».

Uno de los últimos recuerdos que guarda Ángeles es el momento en el que le enseñaron las heridas que sufría Teresa. «No sé ni de dónde saque las fuerzas», confiesa. La hija hizo fotos y grabó imágenes de las úlceras que este medio ha rechazado emitir por ser de extrema dureza.

«Siento mucha rabia y mucha impotencia», insiste. Y recuerda cómo en sus últimas visitas le habían prohibido la entrada y cómo la había visto «dormida en una silla» sin percatarse de lo que estaba ocurriendo. «Ella me dijo que la bañaban con agua fría», analiza ahora.

Tras la muerte de su madre, esta mujer quiere «venganza, que lo paguen. Que todo el mundo sepa que me han quitado a mi madre y que no era su momento. Me la han matado», reclama Ángeles García que lanza un mensaje a familiares de otros residentes para que «vayan y miren cómo están» hasta que «alguien compruebe si todo está en condiciones y les cierren la residencia», sentencia.

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