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Hoy los sentimientos estaban a flor de piel en el cementerio de Villadangos del Páramo. Después de un largo camino, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, ARMH, ha podido comenzar a trabajar en la prospección de las 20 fosas comunes que se creen que esconde el cemento del camposanto ... .
Una veintena de voluntarios han llegado a las 09.00 horas de la mañana para comenzar a trabajar en la zona central y este del cementerio donde no hay, en la actualidad, panteones; un total de 35 metros cuadrados. Desde la ARMH califican esta intervención como 'complicada' debido a las numerosas remodelaciones hechas en este espacio.
«Es una intervención complicada y las familias ya saben que es difícil recuperar las 20 fosas que había en un principio. Lo importante es que las familias tengan oportunidad de recuperar a los suyos. Hoy se han recuperado muchas de sus historias, a ver si fisicamente podemos dar con alguno de ellos», destaca Marco Antonio González, vicepresidente de la ARMH.
La asociación, ciñéndose al proyecto presentado por la Junta de Castilla y León, espera poder mañana llegar a los restos humanos después de retirar las capas de cemento. «Y si no les encontramos, pediremos un espacio para que se le haga un homenaje», anuncia González quien además ha recordado que es el Estado el que debería realizar esta reparación.
Mientras los voluntarios de la asociación trabajaban, los familiares y descendientes de los desaparecidos se unían en el cementerio como se han unido a través de los kilómetros, haciendo del dolor un sentimiento común.
Y es que el camino no ha sido sencillo. Tras las complicaciones puestas desde los organismos oficiales también se han encontrado con las dudas de los vecinos. «Yo durante muchos años he venido aquí a funerales y siempre me dijeron señores mayores que estaban aquí los cuerpos aunque me temo que las trabas que han puesto es porque los han quitado», destaca Melchor Garcia de Lera, descendiente de uno de los 'paseados'.
García de Lera desconfía de que los restos no hayan sido retirados con anterioridad pero destaca que él continuará apoyando este tipo de iniciativas, incluso dejando una vivienda para que los voluntarios puedan alojarse.
En su misma línea se pronuncia Rufino Juárez, nieto de Rufino Juárez, paseado en octubre de 1936 y agricultor de Vegas del Condado. «Este acto tiene que servir como labor pedagógica para que no vuelva a suceder. Algún terrorista ocasiono que nos quedaramos sin abuelos y el objeto de este acto, para mi, encontremos o no encontremos los restos, culmina una etapa muy importante. »
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Además, muchos de ellos han tenido que indagar en la memoria colectiva ya que los sucesos fueron acallados durante años, aunque les habían arrebatado a su familia. «Yo pienso ahora en todo lo que nos robaron, es una deuda con aquellos que nos mataron y a nivel sociedad es el aviso de decir no se puede hacer esto, nunca más. Es una forma de reinvidicar: verdad, justicia y reparación«, así habla la nieta de Santos Francisco Díaz, de Mansilla de las Mulas, padre de 7 hijos.
Después del miedo y la impotencia es la emoción la que les inunda, sobre todo el poder reparar y cumplir los deseos de abuelas. Sentimientos que les han hecho unirse por lo que el logro de uno será el de todos.
«Vengo de Canarias porque no me quería perder esto. Aunque no se consiga nada, no se encuentren los huesos pero nos hemos juntado una serie de familias y si se encuentra uno, es suficiente.» destaca Pura Francisco, nieta de Valentín Francisco quien tenía 39 años y siete hijos, el más pequeño de ellos con once meses, y era gestor del Ayuntamiento de Mansilla de las Mulas en 1936.
La prospección iniciada hoy jueves en el cementerio de Villadangos del Páramo por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), para tratar de localizar una o varias fosas comunes en las que se enterraron más de 70 cuerpos, dio sus primeros frutos este mediodía con el hallazgo de unos primeros restos.
Según informó a Ical el arqueólogo encargado de los trabajos, Serxio Castro, tras este hallazgo se está abriendo más la zona excavada para poder comprobar dichos restos.
Asimismo, se ha logrado encontrar el muro que delimitaba el antiguo cementerio, que fue reorganizado en la década de los 50.
Desde la ARMH aseguran que esto es lo esperado puesto que se trata de un cementerio pero todavía no pueden confirmar que sea una fosa común o restos de otro enterramiento.
Con lágrimas en los ojos y aferrada a una fotografía en la que aparece su abuelo materno, Epifanio Llamazares, junto a gran parte de la familia, Amparo Robles cuenta que él era republicano, por lo que el secretario del Ayuntamiento le había dicho que huyera con él para Francia, pero «se negó porque no había hecho nada nadie» y porque consideraba «no tenía por qué irse por sus ideas de izquierdas», ya que «tenía una familia a que cuidar».
Unas ideas por las que el día 21 de octubre de 1936 la Guardia Civil detuvo a Epifanio, de 58 años de edad, y le llevó al Ayuntamiento, desde donde le dirigieron a San Marcos para, en la madrugada del 22, trasladarlo al monte de Villadangos y «matarlo junto a otros cinco hombres y una mujer».
«No puedo engañar a nadie, no tengo mucha esperanza de que encuentren aquí los cuerpos, pero la esperanza es lo último que se pierde», dice Amparo mientras mira los trabajos de excavación. «He llorado lo que no pudo llorar mi familia, porque la callaron», advierte.
Y quien esta presente entre ellos, es Rufino Juárez, de 86 años de edad y que fallecía el pasado mes de septiembre sin poder unir los restos de su padre con los de su madre. «Nos ha dejado el testigo de seguir con esta batalla porque para nosotros era el alma mater. Habíamos depositado en él toda la confianza por su dolor, su tesón», puntualiza Rufino Juárez.
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Por esta razón, el sábado los familiares le realizarán un homenaje por la mañana en Villadangos y otro por la tarde, a las 19.00 horas en el Teatro San Francisco de León, donde esperan contar con la presencia del cantautor de Ismael Serrano y de Rozalen.
Mientras, todos ellos seguirán trabajando junto a la ARMH para buscar los restos de las personas, de toda la comarca, que fueron asesinadas en ese término municipal, localizar y recuperar sus restos, identificarlos y entregarlos a sus familias para que puedan darles una sepultura digna.
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