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Miércoles, 15 de enero 2020, 10:49
Cataluña lleva meses en periodo preelectoral. JxCat y ERC son socios de gobierno en la Generalitat, pero libran una guerra soterrada que tiene paralizada a la administración catalana. El presidente de la Generalitat, condenado hace un mes por el TSJC por desobediencia por no ... retirar las pancartas a favor de los presos de los edificios de la Generalitat, ha admitido esta mañana lo que buena parte de las fuerzas políticas catalanas asumen desde hace semanas: si el Supremo convierte en firme la condena a año y medio de inhabilitación impuesto por el TSJC, habrá adelanto electoral. «Si el Parlament llegase a ese momento de desautorizarme, seguramente estaríamos unos meses en funciones y habría elecciones», ha expresado en RNE.
Torra recibió ayer el aval de la Cámara catalana. La Mesa del Parlament decidió, con la posición favorable de JxCat, ERC y el PSC, que el presidente de la Generalitat pueda mantener su acta de diputado, a pesar de que la Junta Electoral Provincial de Barcelona, a instancias de la decisión del Supremo y de la Junta Electoral Central, notificó al Parlament el viernes pasado el acuerdo para retirar la credencial de diputado a Quim Torra y la designación, por ser el siguiente de la lista de JxCat, de parlamentario autonómico a Ferran Mascarell. Aun así, los letrados de la Cámara señalado que si pierde el escaño no debería perder su condición de jefe del Ejecutivo.
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La Mesa de la Cámara aprobó también ayer presentar un recurso ante el Supremo contra la decisión de la Junta Electoral. Hasta que el Supremo resuelva las cautelares, el presidente de la Generalitat cuenta con un amplio apoyo de la Cámara para poder seguir en el cargo. Ciudadanos y PP, no obstante, ya le consideran como expresidente y como exdiputado en virtud de la decisión de la Junta Electoral. La situación será distinta si el Supremo le condena de manera firme. En ese caso «game over», apuntaron ayer gráficamente fuentes parlamentarias. Torra, en cualquier caso, siempre ha dicho que el único que puede apartarle del cargo es la Cámara catalana. Su intención será buscar su ratificación en el Parlament. «Si el Parlament acata, habrá alecciones», ha señalado. Aunque Torra no descarta desobedecer al Supremo. Aún puede pasar meses.
Mientras, el presidente de la Generalitat ha convocado para hoy la cumbre de partidos y entidades independentistas que debe servir para fijar la posición del Govern en la futura mesa de negociación entre el Gobierno y el Govern. A la cita se espera que acudan JxCat, ERC, la CUP, la ANC y Ómnium. En contra de la posición de Esquerra y siguiendo el criterio de la ANC, Torra ha decidido invitar solo a entidades secesionistas. La reunión de los independentistas debe fijar las bases de cómo se ejerce el derecho de autodeterminación, según Torra. El jefe del Ejecutivo catalán no ha descartado que en el encuentro pueda estar Jordi Cuixart, que uno de estos días debería poder disfrutar dos días de permiso una vez que ha cumplido un cuarto de su pena.
Tras la reunión de hoy, Torra ha convocado para el viernes una cumbre de partidos catalanes, un foro que celebra ya su tercera edición y que se constituyó hace meses. Sánchez y Torra hablaron días atrás para citarse a una reunión, que a día de hoy no tiene fecha ni lugar. Ese encuentro debería servir para formalizar el inicio de la mesa de negociación que pactaron PSOE y ERC entre el Gobierno y el Govern.
Quim Torra ha advertido este miércoles a Pedro Sánchez de que el «objeto central de la negociación» que abrirán sus gobiernos debe ser «el ejercicio del derecho a la autodeterminación, y por lo tanto un referéndum», así como «una ley de amnistía». El presidente catalán ha asegurado «alegrarse» del cambio de actitud del líder socialista, que en campaña electoral «se confundía en medio de las voces de las derechas españolas» y que, en cambio, ayer dijo que espera reunirse «cuanto antes» con el presidente de la Generalitat.
Según Torra, ahora Sánchez mantiene una «actitud de normalidad, de respeto institucional», si bien «lo más importante de todas estas formalidades es que después, cuando entremos en los contenidos», todos tengan el «coraje» de «abordar lo que hay que abordar». «Veremos si efectivamente hay voluntad real de abordar políticamente el conflicto de Cataluña», que pasa por «abordar el ejercicio del derecho a la autodeterminación», ha concluido.
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