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El Congreso rechaza la investidura de Sánchez en la primera votación

El resultado, 166 votos a favor, 165 en contra y 18 abstenciones, augura la reelección el próximo martes

Domingo, 5 de enero 2020, 18:38

Cuando se han encendido las luces del marcador del Congreso no ha habido sorpresas. Pedro Sánchez no ha reunido la mayoría absoluta (176 votos) que se requiere en la primera votación para ser investido presidente del Gobierno. Ha logrado 166 apoyos de ... PSOE, Unidas Podemos, PNV, Más País, Bloque Nacionalista Galego, Nueva Canarias, Compromís, Teruel Existe, 165 diputados de PP, Vox, Ciudadanos, Junts per Catalunya, CUP, Navarra Suma, Partido Regionalista de Cantabria, Coalición Canaria y Foro Asturias se han posicionado en contra, mientras que 18 de Esquerra Republicana y EH Bildu se han abstenido. El candidato socialista ha reunido un voto menos de los previstos por la ausencia de una parlamentaria de En Comú Podem enferma.

Un resultado que ha sido una derrota pero que es el preludio de la probable victoria en la segunda votación que se celebrará 48 horas después, esto es el martes 7 de enero al mediodía, en la que se exige la mayoría simple (más 'síes' que 'noes'). Va a ser de todas maneras una votación de las que se dice de infarto por lo ajustado de las cifras. Una ausencia imprevista, un cambio de última hora en el voto pueden echar por tierra la investidura del candidato socialista.

La votación ha puesto punto final a la segunda jornada del debate, un pleno que ha sido breve (tres horas largas) pero muy intenso sobre todo con la intervención de la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua. Sus palabras han provocado una algarada en los escaños de PP, Vox y Ciudadanos, desde los que se han proferido todo tipo de gritos contra la izquierda abertzale, que han obligad a emplearse a fondo a la presidenta del Congreso, la socialista Meritxell Batet, para mantener a duras penas el orden en el hemiciclo.

«Asesinos, terroristas, libertad, vergüenza, fuera, viva la Policía, viva la Guardia Civil, vosotros nos matabais, esto es infame». Fueron algunas de las manifestaciones que procedieron, sobre todo, de los asientos populares y de la extrema derecha. Pero la temperatura subió de golpe varios grados con una alusión crítica de Aizpurua al discurso de Felipe VI del 3 de octubre de 2017, dos días después del referéndum ilegal en Cataluña.

Aquella intervención, según la portavoz de EH Bildu, fue «la expresión más evidente» de que España es «un país autoritario». La respuesta fue un sonoro «Viva el Rey, viva España y viva la Constitución» pronunciado por el portavoz de Foro Asturias, Isidro Martínez Oblanca, coreado con vivas por los diputados conservadores, y con reproches a los socialistas por apoyarse en la abstención de EH Bildu para conseguir la investidura de Sánchez.

La bronca ha vuelto a reeditarse, pero con menos decibelios, con la posterior intervención de la portavoz de la CUP, Mireia Vehí, que ha denunciado el «discurso autoritario y no propio de una democracia» del Rey el 3 de octubre de 2017. Las quejas y los improperios volvieron al hemiciclo pero ya no han sido lo mismo.

«Inmoral»

No tuvo desperdicio, por su intensidad, el debate entre el candidato socialista y el portavoz de Navarra Suma, Sergio Sayas, que ha tachado de «inmoral» que Sánchez se apoye en EH Bildu para alcanzar la investidura, al que también ha reprochado «las tragaderas» que tiene por aceptar semejante sociedad. «Los socialistas son títeres cuyos hilos los manejan los independentistas», ha remachado Sayas.

Sánchez ha respondido con el recordatorio de las ocasiones en que Unión del Pueblo Navarro, el partido hegemónico de la coalición con PP y Ciudadanos, ha gobernado en la comunidad foral con el respaldo de la izquierda abertzale cuando se llamaba Herri Batasuna.

Adriana Lastra, la portavoz socialista, ha puesto el colofón al debate con una intervención dedicada a reconfortar a los suyos tras una jornada de reproches por aceptar la colaboración de EH Bildu y los independentistas en general. También ha hecho públicos los agradecimientos a las fuerzas implicadas en sacar adelante la investidura, ya sea con el voto a favor o con la abstención. Ha rematado su parlamento con una andanada a PP, Vox y Ciudadanos por haber intentado torpedear la reelección de Sánchez con presiones a los diputados de fuerzas regionalistas para que cambiaran el sentido de su voto.

Sánchez ha cerrado las más de 15 horas de debate entre ayer y hoy con un llamamiento que ha desatado el delirio en su grupo. «Hay esperanza», ha proclamado entre las ovaciones de los diputados del PSOE y Unidas Podemos puestos en pie. «Dejemos el rencor a la coalición del apocalipsis y de la España en blanco y negro», ha rematado.

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