Borrar
Casado acusaa Sánchez de no defender al Rey. EFE

Tensión en el Congreso durante la intervención de Bildu: «¡Asesinos!»

Pablo Casado (PP) y Edmundo Bal (Ciudadanos) han pedido a la presidenta Batet que repruebe las palabras de la portavoz de la formación abertzale, Mertxe Aizpurua

Domingo, 5 de enero 2020, 10:40

El termómetro marcaba en la calle un grado bajo cero pero la sensación térmica era de calor sofocante. La víspera de Reyes amanecía a la entrada del Congreso con cielo despejado y un grupo de ciudadanos que increpaban a todo aquél que pudiera ser confundido ... con un diputado y que osara entrar al hemiciclo. «¡Votad no, por el bien de España!», gritaba una señora al paso de un grupo de periodistas que simplemente se dirigían a cubrir la sesión.

La tensión se ha contagiado pronto al interior de la Cámara, cuando la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, abría la segunda jornada de investidura. Durante su intervención la bancada del Congreso se convirtió en un campo de fútbol. Cuando esta mencionó la, en su opinión, «injusta» prisión de Otegi, la presidenta Meritxell Batet intentaba mantener el orden como podía mientras varios diputados del Partido Popular y Vox gritaban «¡fuera, fuera, fuera!» y «¡Asesinos!». En otro momento para hemeroteca, la parlamentaria abertzale usó el protocolario «ya voy acabando» y una voz le chilló «¡pues acaba ya!». «Ya veo que no han seguido el consejo de Joan Baldoví de tomarse una tila», les respondió.

En ese momento, Santiago Abascal abandonó el pleno junto a otros dos diputados de VOX, José Alcaraz Martos y Antonio Salvá, y un grupo de víctimas del terrorismo, que habían acudido como espectadores. Lo hizo para no escuchar «a la bilduetarra» en la tribuna. Mientras tanto, el parlamentario popular y secretario cuarto de la Mesa del Congreso, Adolfo Suárez Illana, se daba la vuelta.

La diputada del Partido Popular, Cayetana Álvarez de Toledo, cogió el micrófono para disponerse a hablar mientras sostenía el Reglamento de la Cámara en la otra, todo pese a que no está permitido intervenir en mitad del tiempo de otro grupo político. Batet le pidió que esperara y finalmente fue el líder de su formación, Pablo Casado, el que tomó la palabra. «Acabo de escuchar la intervención más nauseabunda que he escuchado en la historia del Congreso», dijo.

Vídeo. Adolfo Suárez Illana da la espalda a Mertxe Aizpurua durante su intervenció. Virginia Carrasco

El ex abogado del Estado y diputado de Ciudadanos Edmundo Bal, también pedía a Batet poder intervenir. «Aizpurua ha dicho que España es un estado autoritario y un ejemplo de autoritarismo era el discurso del Rey. La señora Aizpurua ha llamado fascista al jefe del Estado, pedimos que se borre de diario de sesiones su intervención y que se retracte», añadió.

«¡Libertad!»

La respuesta que dio Batet fue que «por suerte esa época, la que no se permitía crítica al jefe del Estado, ha pasado». «¡Libertad, libertad, libertad!», gritaba de nuevo parte del hemiciclo.

Pablo Iglesias, mientras tanto, comentaba la situación en un tuit: «Todos los diputados del Congreso tienen derecho a tomar la palabra sin que les llamen asesinos o terroristas. Nosotros no llamamos fascistas, ladrones o criminales a los diputados de la derecha cuando toman la palabra. Debemos a la gente educación y respeto a las instituciones». «Señorías, no me obliguen a llamarlos por sus nombres», volvía a pedir Batet.

Luego llegó la intervención del Grupo Mixto, que inició la parlamentaria Mireia Vehí, de la CUP. Le llamaron «sinvergüenza» desde los escaños de a derecha cuando habló de las cargas del 1-O y de la supuesta represión en Cataluña. «Tranquilícense, que queda discursito todavía», respondió ella desde la tribuna. Y luego dio la razón a Aizpurua en que «el Rey hizo un discurso autoritario». «Su actitud es la más cómoda, usted es antisistema», le respondió Sánchez.

Más tranquilas fueron las intervenciones de los representantes de Navarra Suma y Foro Asturias, Sergio Sayas e Isidro Martínez Oblanca, respectivamente. Este último terminó su intervención con varios «vivas» a España, al Rey y a la Constitución, que fueron coreados por un centenar de diputados.

La portavoz del Grupo Socialista, Adriana Lastra, que ha participado activamente en las negociaciones para sacar adelante la investidura de Sánchez, afeó a «las derechas» su actitud en el debate y denunció incluso un «intento de golpe de estado» en la última intervención -antes de la del candidato- previa a la primera votación. También tuvo una palabra para su principal socio en el Gobierno de coalición, Pablo Iglesias, con quién tuvo un áspero enfrentamiento en la misma fase de la anterior sesión, que finalmente resultó fallida. «Hemos hecho historia... A ver si la próxima vez hacemos historia un poco más rápido», le dijo bromeando.

En el hemiciclo seguía habiendo, pese a todo lo acontecido, ganas de cachondeo aún, y la portavoz de Cidadanos, Inés Arrimadas, mostró un folio en el que se podía leer «currículum de Adriana Lastra» seguido del símbolo del PSOE.

Tras los cinco minutos de receso, la votación empezó con la diputada de Podemos Mar García Puig por sorteo, y de ahí en orden alfabético descendente. El único voto telemático que se solicitó fue el del diputado del PNV Íñigo Barandiaran. Todo se desarrolló según lo previsto y sin la sombra de un 'tamayaz0'. Ana Oramas, de Coalición Canaria, votó 'no', como había anunciado el día anterior, pese a la dedición de la ejecutiva de su partido de abstenerse. La diputada de los comunes Aina Vidal no pudo comparecer por enfermedad.

Con un marcador provisional de 167 'síes' contra 165 'noes' -resultado que será válido para investir a Sánchez en segunda votación, este martes-, cualquier cambio de última hora podría cerrar las puertas a Sánchez de la Moncloa, lo que está embarrando el campo de juego durate el debate.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

leonoticias Tensión en el Congreso durante la intervención de Bildu: «¡Asesinos!»