Un minero de la planta sexta: «Habían salido porque había estallidos y decían que se les hundía la bóveda»

El testigo también ha recordado que los compañeros del turno le habían transmitido que «habían tenido que salir porque había estallidos y decían que sentían que se les hundía la bóveda». Una situación que los mineros viven al inicio de las explotaciones y que produce un ruido característico que ellos reconocían.

Sale a la luz en esta jornada un accidente en mayo de 2012 en el que una explosión «tiró por los aires» a tres mineros una planta superior al accidente de octubre de 2013. Las causas no parecen las mismas, pero una de las personas que vivió aquel suceso ha explicado esta jornada que «se nos prometió no volver al macizo séptimo».

El juicio por el accidente de la Hullera Vasco Leonesa en el que perdieron la vida seis mineros en octubre de 2013 sigue mostrando a la sociedad nuevas informaciones a través de las testificales. En esta ocasión, José Manuel Rosino, ha explicado que en mayo de 2012 cuando «íbamos a salir a la calle, hubo una inundación de polvo, luego el aire nos empujó hacía dentro y luego una explosión y salimos por los aires».

Una explosión por la que «caí al suelo de espaldas, se me rompió el casco, quedé unos segundos inconsciente» y sufrió una herida que necesitó de 20 puntos para ser curada. Rosino recuerda que al salir de la mina estaban Toribio, Martínez Rico y Eliseo y «nos pidieron que les contásemos que había pasado incluso antes de que nos atendiera un médico».

Tras ese accidente «nos prometieron que no nos iban a volver a mandar al macizo siete, que ya habíamos tenido bastante» relata el testigo que asegura que en una ocasión le destinaron de nuevo allí, pero «yo no entré y le dije al capataz que no iba a entrar ahí que eso era muy peligroso y que me lo había prometido, él me dijo que había sido un error y me cambio».

En esta jornada también ha declarado Sergio Alonso Fernández, uno de los topógrafos de la Hullera Vasco Leonesa que trabajaba en el grupo Tabliza. El testigo ha explicado a los abogados que «primero hay una planificación de por dónde se quiere llevar la galería» y se realiza una aproximación y posteriormente se van tomando nuevas muestras «para hacer unos nuevos planos» en base a lo que hay en la galería.

Fue uno de estos, el que registró un error o desvío. El testigo no recuerda quien detectó que el plano estaba mal y recuerda que «no fui yo quien tomó de nuevo medidas». Un hecho que se lleva a cabo con «una estación total que mantiene los datos del día y de los puntos cardinales», relata el testigo a preguntas de uno de los abogados de la acusación. En este sentido, ha explicado que «hacíamos marcas, pero al final eso no es hormigón y la mina aprieta y eso se mueve», por lo que considera que el error pudo venir de ahí.