Secciones
Servicios
Destacamos
«Yo cumplía todas las medidas, pero hay que tener en cuenta que trabajas en una mina y el riesgo cero no existe». Jairo Gómez Bartolomé, ingeniero técnico auxiliar de segundo relevo, declara en esta nueva sesión del juicio de la Hullera Vasco Leonesa tras ... un accidente que costó la vida a seis mineros en el pozo Emilio del Valle.
El ingeniero ha remarcado que «nunca» hubo ninguna «situación de riesgo o anomalía» en la explotación de la planta séptima donde ocurrió el accidente y ha mantenido, al igual que los acusados anteriores, que «el accidente fue impredecible». En este sentido, uno de los abogados de la acusación le ha pedido que si, cómo ingeniero, no consideró que se podía evitar: «No, es una mina y siempre hay riesgo. No era predecible, esto era impredecible».
Más informaciones
El ingeniero recordó en la sala que el día del accidente él no estaba en la mina porque entró de tarde, pero sí había trabajado la semana anterior. Se le ha preguntado por los datos de metano que marcó el metanómetro situado en la cuarta cabeza del páncer (a unos 20 metros del taller) que llegaron al 2% durante varias jornadas, así como los registros de algunos de los vigilantes. «Son medidas normales de una mina de categoría tres fuertemente grisuosa, era todo normal», mantiene el acusado durante toda su declaración.
El acusado insiste en que con el 2% de gas en el metanómetro de la cabeza del cuarto páncer «no hay ningún problema, es normal en este tipo de mina». Los abogados insisten si había vigilancia adecuada y el acusado asegura: «hacíamos lo que ponía la DIS», aunque durante varios días el gas estaba por encima del porcentaje 'seguro'.
El acusado ha explicado que esto «no suponía un problema» y ha mantenido que los datos eran elevados «porque siempre pasa esto cuando se inicia una explotación». En este sentido, Gómez Bartolomé ha insistido en que «un tubo de plástico» introducía aire limpio en el taller y el aire que captaba el metanómetro era «ventilación secundaria» y capta «el retroceso del aire del taller por lo que hay más metano en la cabeza del cuarto páncer que en el taller».
Es uno de los temas clave en este juicio y es que hay quien defiende que el accidente se produjo por un desprendimiento de la bóveda. Los acusados que han ido declarando en estas jornadas previas mantienen que no pudo ser así y qué fue «un fenómeno gasodinámico» y además fue «impredecible e imprevisible».
Jairo Gómez Bartolomé, ingeniero técnico auxiliar de segundo relevo, ha intentado explicar que «la bóveda del post taller no impide sutirar, la única bóveda que impide sutirar es la del taller» ya que es la situación que puede crear un peligro de desplome para los mineros que se encuentran trabajando en el taller.
No faltaron en esta declaración las preguntas sobre las actas y los libros de registro al acusado, que aseguró que él tenía acceso a los libros que hacen «las plantillas en mi presencia». Gómez Bartolomé ha explicado que «la comunicación entre vigilantes lo rellenan ellos, yo a veces estoy presente y otras veces no».
En los libros de firmas, donde debería firmar el vigilante, hay días en los que no aparece ninguna firma, recuerda la abogada que pregunta por el motivo de estas faltas. Jairo Gómez Bartolomé asegura que «se les olvidaría».
La letrada pregunta sobre la jornada del día 24 de octubre en la que el acusado asegura que «en segundo relevo no se mandó a nadie, porque no se podía trabajar», pero ella insiste en que las actas hay gente que ha firmado ese día en el segundo relevo, «pues no lo entiendo porque allí no fue nadie», mantiene.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.