El ingeniero del primer relevo insistió en que 20 minutos antes «nadie me dijo nada y les vi bastante tranquilos»

«Hable con el responsable y luego con el vigilante. Me enseñó lo que había salido de la sexta, vi a Orlando colocar las lonas, hablé con los encargados de correr las pilas y hablé con los picadores», relató Javier Martínez Rico asegurando en varias ocasiones que «no noté a la gente nerviosa, más bien lo contrario».

El acusado Javier Martínez Rico era Ingeniero Técnico Auxiliar en el primer relevo, responde a las preguntas de Fiscalía, acusación y defensa en una declaración que se extiende hasta las 16:30 horas de la jornada. Le preguntan por los valores de gas en días previos, así como por los informes de los vigilantes y asegura que «era algo normal de una mina de este tipo».

El acusado explica que en los libros de comunicación entre los relevos, «por la noche daban los tiros de reconocimiento» en los que buscaban agua o saber lo que había en los alrededores. «Encima del taller se detectó bóveda los días que no se sutiró» y todo ello dentro de los trabajos normales del pozo Emilio del Valle, o así lo ha presentado el ingeniero técnico auxiliar.

Javier Martínez asegura que la única parada de los ventiladores ese día fue por el incidente en la electricidad y no por metano, «no encontré valores anormales respecto a otras explotaciones», insistió el Ingeniero Técnico Auxiliar en el primer relevo.

El acusado negó que su presencia fuera necesaria en la zona que se explotaba, por su preparación y cargo a pesar de que los abogados de la acusación insistieron en varias ocasiones en que la DIS (Disposición Interna de Seguridad) lo pone. «La DIS es muy clara y es que tiene que haber un vigilante, no un ingeniero, habla de un vigilante y tan de seguido estaba el pobre que allí falleció», manifestó al respecto.

Martínez Rico insistió en varias ocasiones que «quedó el vigilante, ellos sacan un curso y les capacita para esa labor».

Javier recuerda unas jornadas de seguridad de la empresa en las que se aprenden a colocar los autorescatadores y explica a los presentes que «hay una pastilla que reacciona a tu aire, si estás sentado y no haces nada puede durar 45 minutos». Pero dependiendo del aire que cada cuerpo necesite puede durar menos, para que empiece a 'soltar' oxigeno hay que soplar sobre ella y de manera «instantánea reacciona».

En este sentido, también confirmó que todos los fallecidos disponían de uno, pero que no lo llegaron a utilizar.