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José Carlos García Jarrín, ingeniero técnico, y acusado en el juicio de la Hullera Vasco Leonesa.

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José Carlos García Jarrín, ingeniero técnico, y acusado en el juicio de la Hullera Vasco Leonesa. Campillo

El encargado de la seguridad: «Se lleva encima un auto-rescatador por si hay una subida de grisú, no hay mayor medida preventiva»

El acusado José Carlos García Jarrín por el accidente del pozo Emilio en el que fallecieron seis mineros asegura que «era una explotación bastante menos problemática que anteriores», insiste en que «el accidente era impredecible» y mantiene su declaración anterior en la que considera que el accidente fue «por un fenómeno gasodinámico»

I. Santos

León

Miércoles, 15 de febrero 2023, 13:07

José Carlos García Jarrín era ingeniero técnico y a su cargo estaban dos vigilantes de primera, Andrés Rodríguez Cuesta y Alberto Rivero Fernández. El acusado también dirigía de manera «directa» la brigada de salvamento minero.

El acusado explica que «cada vigilante recorría sus grupos y ... yo iba de manera periódica», pero también recuerda que «nunca hubo que hacer nada más que verbalmente comunicar una incidencia». Por este motivo, nunca se rellenaron los libros «no había nada que reseñar», algo en lo que ha insistido en varias ocasiones: «Yo hablaba con Toribio y no rellenaba nada».

¿Mucho gas?

Fiscalía ha preguntado por las anotaciones de los vigilantes en los libros que hablaban de «mucho gas», pero el acusado lo ha negado asegurando que «era una explotación bastante menos problemática que las anteriores».

José Carlos García Jarrín recuerda que «el vigilante estuvo pendiente en la desgasificación de la zona, y cuando empezó la explotación él no me transmitió nada raro». Además recuerda que, entre el 14 de octubre y el 28 día del accidente, visitó la explotación «dos días» y asegura que «todo estaba normal, dentro de que todos sabíamos donde estábamos», en referencia a una mina grisuosa.

El fiscal recordó las palabras de los vigilantes en los libros y el acusado insistió: «¿Mucho gas? para gente que estábamos trabajando ahí... pues no era mucho gas para esa mina».

La brigada de salvamento

Entre sus funciones, también estaba organizar a la brigada de salvamento. Lo hacían con una reunión los miércoles y tras ella las personas que se nombraban «teníamos que estar localizables, pero no en presencia». Es decir, durante toda la semana se llamaba a esas personas, que realizaban tareas de picador o sutirador o cualquiera que fuera su función, en esas llamadas el acusado intentó contactar con uno de los fallecidos que estaba dentro de la brigada.

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Imagen. La familia se concentra a la puerta de los Juzgados de León. Cmpillo

Tras localizar al resto, «llegamos a Santa Lucía y nos trasladamos allí», todo ello en un periodo de unos 45 minutos. Ante las preguntas de si no sería necesaria una brigada en cada pozo que se sitúe más cerca de cada una de las zonas donde puede haber algún incidente el acusado entiende que «las distancias son las que son y este era el plan de emergencia para todos los grupos, no sólo para este».

Aunque Jarrín recordó que «en su día hubo más personas, pero hay que tener en cuenta que cada vez éramos menos».

Memoria de Seguridad y Salud

En uno de los momentos de la sesión, los abogados de la acusación han mostrado la Memoria de Seguridad y Salud. En la página donde aparece la Brigada de Salvamento hay un organigrama tras la readmisión de los dos despedidos en abril de 2013, aunque remarca el abogado que a Pelayo nunca le llegaron a admitir. Lo hacen para pedir al acusado que vea cómo dos de los fallecidos están presentes como integrantes de la brigada de salvamento cuando no era así.

«¿Se dedicaban a copiar los organigramas de un año a otro?», preguntó el letrado. «Eso es un error, pero no recuerdo a quien se puso en sustitución», manifiesta el acusado a la sala.

Los riesgos de los trabajadores

Los riesgos de trabajar en la mina según el puesto que se ocupa y el sistema de prevención que tienen que seguir los trabajadores ha sido otro de los puntos importantes en esta declaración. Han sido varios los abogados que han preguntado a José Carlos García Jarrín sobre los riesgos y las medidas de prevención de varias profesiones, entre ellas de los sutiradores.

Ante una subida de metano al 5%, el abogado pregunta por el riesgo y la medida preventiva consultando uno de los informes de la causa presentado por la Hullera Vasco Leonesa. El acusado insiste en que «se lleva encima un auto-rescatador por si hay una subida de grisú, no hay mayor medida preventiva». Una frase que ha repetido en varias ocasiones.

Otro de los abogados ha preguntado por los riesgos de un 'tubero' profesión de uno de los fallecidos sin poder sacar más de Jarrín que lo mencionado hasta el momento insistiendo con que todos los trabajadores de la mina disponían de un «auto-rescatador» y eso era «precisamente por estos riesgos».

El motivo del accidente

«Realmente donde ocurrió no lo sabemos. Pero lo que tengo claro es que fue un fenómeno gasodinámico, eso una bóveda no lo hace». Lo dijo en el periodo de instrucción y lo ha vuelvo a repetir ante la jueza, el acusado José Carlos García Jarrín era ingeniero técnico, considera que la bóveda no falló, además insistió: «lo dije en su día y hoy me reafirmo: el accidente era impredecible».

Ante la posibilidad de que haya sido una subida de metano de este tipo de fenómeno se ha preguntado al acusado si cree que los fallecidos tuvieron tiempo de ponerse el auto-rescatador: «Eso solo lo puede contestar quien estuvo allí y logró salir» (nadie sobrevivió estando en el taller, las personas heridas por grisú fue por entrar a rescatar a sus compañeros).

Unas palabra que también usaron los abogados de la defensa en los auto-rescatadores y el acusado asegura que «los que fallecieron no lo habían intentado abrir. Con el auto-rescatador te da tiempo a salir al pozo fijo».

Los hechos

El abogado pide un relato de su actuación el día de los hechos, y si entró en el taller con posterioridad.

«Cuando llegamos allí solicitamos jaula y estaban sacando a los heridos, entramos y en la 740 nos dijeron que habían sacado a todo el mundo. Entramos a revisar tanto la explotación y otra labor por si había alguien, la explotación estaba vacía. Seguía marcando el 1% el oxígeno. Había pasado una hora desde que dieron el aviso».

«Fueron a localizar a la locomotora, en el pozo había mucho gas y el oxígeno estaba al 18%. En sexta bajaba más el oxígeno que en séptima, estuvimos un rato y no bajaba. Ahí dije que había sido un fenómeno gasodinámico. Salimos fuera y vimos lo que había». (El acusado se pone a llorar, es el primero que se derrumba tras las declaraciones de 13 personas).

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