El secretario del Consejo de la Hullera mantiene que «al Consejo no llegó que hubiera un peligro inminente»

Francisco Blanco Balín era un asesor de la Hullera Vasco Leonesa en el consejo de administración, el testigo ha sido llamado por la defensa de los acusados y ha explicado que Aurelio del Valle Jover «era miembro del consejo de administración, tenía el nombre de consejero ejecutivo, pero no tenía funciones».

Otro de los interrogantes ha estado en las reuniones «de todos los meses, menos en agosto» del Consejo. El testigo explicó que «generalmente» a todas las reuniones del Consejo General acudía el director general (Mario Calvo Herce) donde informaba de la situación de la empresa. Posteriormente, el testigo reconoció que «ahora me hace dudar igual sólo asistía a las reuniones de la Comisión Permanenete».

Por otro lado, Francisco Blanco Balín asegura en el juicio contra la Hullera Vasco Leonesa que «no tengo conocimiento de que se rebajase el presupuesto». Además el testigo añada que «para la Hullera Vasco Leonesa la seguridad siempre ha sido la máxima, se celebraba todos los años un mes destinado a la seguridad. Ese mes tenía como principal fundamento concienciar a todos los empleados en materia de seguridad, dado el riesgo de la minería del carbón y en particular esta mina que está clasificada como mina de riesgo».

«Dentro de las reuniones había un punto concreto en el que el director general informaba de la situación de la mina y ahí me acuerdo que había un punto concreto de seguridad», mantiene el testigo que durante toda la sesión ha hecho referencia en múltiples ocasiones a la seguridad de la Hullera Vasco Leonesa, a pesar de que en muchas de las preguntas que se le han realizado la respuesta era la misma: «no lo recuerdo».

Tras el accidente, la Hullera buscó un acuerdo monetario con las familias de los seis fallecidos y los heridos, pero sólo se llegó a un acuerdo con la viuda de uno de los mineros muertos. Por este acuerdo económico se ha preguntado al testigo quien aseguró que «el consejo siempre se preocupaba por resarcir a las familias». En este sentido, el testigo insistió en que «esa indemnización no fue en ningún caso para reconocer que había una falta en medidas de seguridad».

Un asunto que fue recurrente a lo largo de la sesión y por el que otro de los letrados preguntó: «si no había reconocimiento de la culpa en materia de seguridad, ¿por qué a la familia de la víctima mortal a la que se dio ese resarcimiento se le obligó a renunciar a las acciones penales?». El testigo insiste en que «la empresa no reconoció que hubiera responsabilidad en el accidente», pero no responde a la pregunta del letrado.

Para aclarar esta situación se pregunta en otra ocasión por el motivo de la indemnización: «Siempre fue costumbre a una persona que fuese herida intentar resarcirla de esa manera».

Diego Gómez Blas ha sido el primer testigo de esta jornada, recuerda que el día del accidente estaba trabajando en el macizo nueve, acudió al lugar porque escuchó una alerta por el teléfono de la mina. «Quedé justo en la otra planta para sacar a los heridos que iban rescatando», explica el testigo que no recuerda mucho quiénes fueron los que entraron, pero mantiene que «a mi me dijeron que me quedase fuera y les diera el auto-rescatador, pero no sé quien estaba dando las órdenes».

En relación al uso del auto-rescatador de manera indebida, el testigo reconoció que «sé que no se debe hacer, pero en ese momento no piensas en nada más que en los compañeros. Yo di el auto-rescatador y si me hubieran pedido entrar hubiese entrado».

Finalmente, el testigo ha asegurado que «había mucho gas en ese macizo», pero recuerda que no tuvo ninguna formación específica en relación a las medidas, los cursos y la vigilancia en aquel macizo.