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«El día 25 cae parcialmente la bóveda, nadie entró a sujetar aquello. Aquí lo que pasa es que se creaba una bóveda para que cayera y ahora se niega que cayó», aseguró en esta jornada del juicio por la muerte de seis mineros en ... el pozo Emilio, el ingeniero técnico Miguel Ángel González García, ingeniero técnico que declaró como perito de la acusación.
Una situación que «si pasa entre relevos todos los ingenieros se aplauden. Pero si cae la bóveda y estás allí no te salvas». Ante estas declaraciones, uno de los abogados preguntó a Miguel Ángel su opinión sobre el accidente a lo que aseguró que «fue previsible y evitable» y recordó que «la mina avisa», pero sólo si bajas «ya que ese aviso no se oye en la oficina».
Miguel Ángel González, que ocupó varias categorías laborales durante su trayectoria en la compañía minera, recibió la ovación de los familiares de las víctimas a su llegada la los juzgados de León, donde se desarrolla el juicio, como agradecimiento público a su colaboración desinteresada en el caso.
Miguel Ángel González García, ingeniero técnico, ha reconocido que «si a mi me mandan a sutirar allí me hubiera sentido en el corredor de la muerte». El segundo de los testigos de esta jornada ha reconocido también en varias ocasiones que «si yo hubiera estado allí hubiera muerto igual que todos ellos».
En este sentido, ha explicado que «en esta sala se pueden decir muchas cosas que estamos con la calefacción, pero en la mina cuando escuchas un ruido sales corriendo porque no quieres morir enterrado». Unas palabras que ya se escucharon en esta sala en jornadas previas asegurando que «en ese momento corres y no piensas en nada más».
Por su parte, González remarcó en varias ocasiones que los incidentes registrados días y horas antes del accidente del 28 de octubre, que en ambos casos implicaron un abandono temporal de las labores, fueron «los avisos de la mina» que se desoyeron.
El juicio se enfoca en sus interrogatorios en ver si la muerte de los seis mineros fue causada por un desprendimiento instantáneo de gas (DI) o si se produjo por el hundimiento total o parcial de la bóveda. Las preguntas a los testigos y ahora a los peritos van enfocadas a conocer esa causa final y entre las declaraciones, este miércoles González García ha remarcado que «la bóveda que está en el post-taller tiene que estar controlada y otra cuestión es la bóveda que se genera encima de la explotación. Pero ambas se crean porque se ha sutirado más de la cuenta».
En este sentido, ha remarcado que el relevo más importante de la mina es «para mi, el tercero», ya que son los que «pueden localizar la bóveda», algo que para el perito «no puedes dejar en manos de un barrenista». Miguel Ángel asegura que en ese relevo en la jornada del 28 de octubre debería haber estado un vigilante de primera sin moverse, al igual que en los otros relevos en el momento en el que la bóveda no hunde a día 11 de trabajo.
En relación al DI (Desprendimiento Instantáneo) el testigo pregunta «¿donde se fue el carbón menudo del DI?» y lamenta la versión de la Hullera Vasco Leonesa sobre el DI asegurando que «algo hicieron mal, si estaba desgasificado y se produjo un DI algo pasó».
Es otro de los temas recurrentes en los interrogatorios y Miguel Ángel González García ha sido muy tajante y claro «al actuario le valía cualquier cosa, pero desde mi punto de vista cuando cambias la forma de explotar tienes que cambiar el proyecto».
En este sentido, el perito ha explicado que por debajo de la 865 se cambió la manera de explotar, que el tajo tenía «más presión» y que bajo su punto de vista una DIS no era suficiente: «Se tenía que haber hecho otro proyecto».
Y recordó que los problemas no fueron sólo en la planta séptima, sino que ya venían de antes. «El mayor accidente de la mina fue en la sexta. Allí hubo tres explosiones de grisú. Con una explosión de grisú la gente puede salir viva, pero quemándose y a mi se me ponen los pelos de punta», relató con dureza el testigo.
Ante estas palabras aseguró que «cuando eso pasa, hay que poner medidas para sacar el grisú de la mina» y lamenta que en el macizo siete no se hizo.
En relación a la investigación considera que «a los 3 o 4 días del accidente no puedes sacar las conclusiones que se deberían haber sacado» tras el mismo y que «tienen importancia para mi» a la hora de concretar las causas, aunque el perito mantiene que fue por un desprendimiento de bóveda «total o parcial».
Miguel Ángel González García ha explicado que «el mismo día del accidente, llega el actuario de minas y no se atreve a entrar en la explotación y sí entraron algunos de los que están aquí sentados». Uno de los abogados recordó las declaraciones de Carlos Conejo tras el accidente cuando se quitó el auto-rescatador en el trasversal con el 16% de oxígeno una hora después del accidente y al igual que él otros dos: «Eso se debe a que no fue un DI», mantiene el perito.
«Los técnicos de la Junta que son los máximos responsables de este accidente no se atrevieron a entrar con la brigada. Eso no se puede tolerar», asegura Miguel Ángel, que explica a la sala que si el hubiera tenido mando el 25 de octubre «paro la explotación y la monto debajo de la sexta»
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