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Los vecinos del Húmedo han contestado a la propuesta del alcalde de León de modificar el recorrido de alguna procesión para evitar las zonas con más concentración de personas haciendo botellón en el centro de León. Una medida que ha sido respondida invocando el artículo 20 de la ordenanza sobre la protección de la convivencia ciudadana y prevención de las conductas antisociales, sobre el fomento de la convivencia ciudadana y del civismo.
«El Ayuntamiento de León llevará a término las políticas de fomento de la convivencia y el civismo que sean necesarias a fin de conseguir que las conductas y actitudes de las personas que residen en la ciudad o transiten por ella se adecuen a los estándares mínimos de convivencia con el objetivo de garantizar el clima de civismo y de mejorar en consecuencia la calidad de vida al espacio público».
Tras esta normativa municipal, el comunicado de los vecinos del Húmedo se han varias preguntas: «¿El macrobotellón de Genarín, cualquier macrobotellón de cualquier día, garantiza el clima de civismo y mejora la calidad de vida? ¿Conoce el señor alcalde de León sus normativas? ¿Para qué tanto tiempo y esfuerzo en su elaboración?»
Argumentan que esta ordenanza y otros textos se señala que se permite y alienta la prohibición de los botellones y otros problemas que han denunciado. Se quejan de que la solución propuesta desde la alcaldía tras «el problema de convivencia que se dio este Jueves Santo» sea desviar el trayecto de la cofradía de las hermanas del Dulce Nombre «para que así no se viesen expuestas a las aberraciones que nos ofrece el macrobotellón de Genarín. Preferimos desviar de su ruta habitual una procesión reglamentada y debidamente organizada, y dejar vía libre al caos y al descontrol», denuncian.
La asociación vecinal desvincula el macrobotellón, que según ellos debería estar prohibido por ser un botellón, de «nuestro tradicional Genarín, acto totalmente integrado en nuestra cultura leonesa». Aseguran que lo que se presencia ahora es otra cosa que sólo aporta basura y ningún beneficio económico: «Es una imagen que degrada nuestra ciudad por su sordidez. Ver una multitud borracha, vociferante, vomitando, defecando, llenando de residuos nuestro casco histórico es degradante y decadente, decir que eso está fenomenal es insultante».
Añaden en el comunicado que «decir públicamente que no lo pueden evitar, preferir cambiar el rumbo de otra actividad religiosa y cultural perfectamente organizada, para que no se 'choque' con ese lamentable espectáculo, es simplemente reconocer la incapacidad de acción y la pobreza de recursos. Pretender convencer a los leoneses de la necesidad de desviar el 'camino' de la cofradía del Dulce Nombre de María es de mucha risa».
Siguen las alusiones directas al alcalde al solicitarle que no se ampare en la «libertad de tránsito» porque «ese macrobotellón sí impide la libre circulación de personas, ocupando calles y taponando entradas, incluso dificultando e impidiendo el acceso a los vehículos de emergencia. Y no olvide el señor alcalde que el casco histórico es algo más que un lugar de ocio, algo más que un lugar de 'cartón-piedra'. Es un lugar histórico que hay que proteger y respetar, un lugar donde hay comercios y hostelería de la de calidad, y un lugar donde viven familias».
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Acaba el texto de los vecinos del Húmedo con una última 'recomendación' al alcalde: «Cuando hable y cuente lo mucho que ama su ciudad, León, lo muy leonesista que es, no se olvide que el casco histórico también es León, y muy León».
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