La última pizza del Ragazzi: «Toca descansar tras 40 años»

El sabor de sus pizzas, el trato amable, el cierre de las cenas siempre con un buen tiramisú y el letrero con esa tipografía tan característica siempre quedarán en la memoria de los miles de leoneses que durante cuatro décadas no han dejado de cruzar una puerta donde siempre eran bienvenidos.

La pizzería Ragazzi, icónico local ubicado en la zona de La Inmaculada en León ciudad, se despide para siempre de su barrio. La decisión llegaba por sorpresa para los vecinos y los habituales del establecimiento que se sorprendían el martes 23 de julio al saber que la trapa nunca más volvería a levantarse.

Porque Carlos y Goyo García, los dueños de Ragazzi, han querido terminar esta etapa de forma discreta. «Están un poco tristes como es normal, porque son muchos años, mucha gente y muchos recuerdos, unos malos y otros buenos, pero muchos», cuenta Héctor, hijo de Carlos, por teléfono.

La aventura del Ragazzi comenzó hace 40 años, cuando los hermanos García se unían para crear el negocio en el local de la calle Joaquina de Vedruna, 13 propiedad de sus padres, aunque anteriormente Carlos ya había trabajado varios años en la Giovanessa.

Tras «toda una vida en el sector», este verano de 2024 llegaba el momento de cerrar y ganarse una «más que merecida» jubilación. Con Carlos en la barra y atendiendo la sala y Goyo «haciendo magia», como dice su sobrino Héctor, en las cocinas, el «equipo» que formaban inicia ahora una nueva etapa. «Cierran por jubilación, que ya tocaba, porque llevan toda la vida trabajando, sacrificándose, y era el momento», señala Héctor.

Ha sido el joven el que hacía en sus redes pública la noticia, y las reacciones de amigos y clientes no se han hecho esperar, lamentando el adiós de uno de esos restaurantes que siempre se venía a la cabeza de cualquier leonés cuando se pensaba dónde ir a cenar, pero felices por los dueños.

Porque el trabajo en la hostelería es duro, y Héctor desde pequeño lo ha visto. «Han sido muchos años de sacrificio. El único día que tenían de descanso era los miércoles y siempre lo dedicaban a volcarse con nosotros, a estar ahí, pero es verdad que es un trabajo muy duro y siempre han sido un ejemplo para todos nosotros», señala el joven, que quiere agradecer «el equipazo» que Carlos y Goyo hacen juntos.

Con el cierre del Ragazzi se abre una nueva etapa para sus dueños, que tras 40 años sirviendo las que para muchos son las mejores pizzas de León -sin olvidar su tiramisú- «se merecen descansar y disfrutar de la vida, que ya toca».

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