Borrar
Vanesa cerrará sus puertas y deja sin carnicerías al barrio. Sandra Santos

El adobo que conquistó a La Vega se despide por jubilación

La carnicería Vanesa cierra sus puertas tras 38 años de actividad con Sara y Bene dejando a la zona huérfana de este este tipo de negocios

Miércoles, 26 de junio 2024, 08:10

La carnicería Vanesa lleva casi cuatro décadas alimentando al barrio de La Vega. Un pequeño negocio que abrieron Sara y Bene en Doctor Fléming, con solo 26 años, y cuya inspiración fue el nombre de su hija recién nacida.

Sara Aller y Benedicto Gómez dejarán su puesto tras acumular 38 años tras el mostrador en su tienda. «Siempre los dos juntitos. Es lo que hemos hecho toda la vida, prácticamente toda la vida la hemos pasado aquí», advierte ella ligeramente emocionada. Llegaron en 1986, en un momento de auge en la zona, con la azucarera tirando del carro económico. Sin embargo, el barrio ha entrado en una profunda depresión y la jubilación del matrimonio dejará huérfanos a los vecinos.

El barrio ferroviario contaba con ocho carnicerías cuando ellos desembarcaron frente a la iglesia. «Nos decían que dónde íbamos, que ya había mucho carnicero». Sin embargo, ellos siguieron con su plan vital y han tenido «muchísimo trabajo». Poco a poco, esas nueve carnicerías fueron cerrando, una a una, como recuerdan. Hasta que ellos se quedaron solos.

Una trapa más que bajará a finales de mes, y será difícil que vuelva a abrir, en una zona muy envejecida, con inmigración y donde cada negocio que cierra lo hace para siempre. «Se queda el barrio sin nada. No hay carniceros y no hay pescaderos, que había tres cuando empecé. No hay nada de nada y esto se va quedando vacío de tiendas del tú a tú; quedan supermercados, pero no es lo mismo», reconoce Sara con tristeza. Algo que confirman sus clientas de la mañana, que perderán esta parada en su recorrido de la compra diaria.

38 años sirviendo al barrio

Han sido 38 años de atención al cliente y en el que nunca ha faltado el café de las 11, como bien recuerda la pareja. Los más habituales exponen su tristeza al otro lado del mostrador por el ocaso de su carnicería de referencia.

Y es que la Carnicería Vanesa era un lugar de encuentro para La Vega y un local en el que se apreciaban sus chorizos, hamburguesas, lomos, costillas y el adobo casero. «Van a echar de menos el adobo, nos lo vienen diciendo todos ahora». Y es que la premisa de esta casquería, carnicería y charcutería ha sido siempre «la calidad», con piezas de animales pequeños, y donde reconocen que el coste podía ser más alto que en otros lugares pero te garantizaban «que siempre se daba lo bueno».

La opción del traspaso fue su preferida, pero nadie ha llamado a la puerta para coger un negocio en el que hay que trabajar, mañana y tarde, y tener siempre una cara amable con el cliente. «Me da pena, pero llegó la hora de jubilarme. Quiero que trabaje la juventud, que son quienes tienen que trabajar por nosotros. Si viniera una pareja que lo cogiera sería mi mayor alegría», insiste Sara con pocas esperanzas ya.

Ahora han pasado 38 años y la jubilación llama a sus puertas. Un momento que permitirá al matrimonio disfrutar de pequeños placeres que no han tenido hasta ahora. «Voy a pasear, a sentarme en el banco del parque y a quitar el despertador de las 7 de la mañana», como primeros pasos de esta nueva etapa.

Vanesa colgará el cartel de cerrado para siempre y lo hará con un eterno agradecimiento a esos vecinos que les han acompañado desde el primer día: «Quiero darles las gracias y un abrazo para todos. Con todo el cariño, de verdad».

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

leonoticias El adobo que conquistó a La Vega se despide por jubilación