Adiós a 46 años envolviendo los recuerdos de León

Un adiós con sabor agridulce. Cientos de recuerdos se agolpan en el local de República Argentina que durante casi medio siglo ha envuelto con mimo los regalos que no faltaban en las celebraciones de navidad, cumpleaños o comuniones en una ciudad en la que siempre nos ha prestado ser curiosines con los detalles.

Regalos Macoya es una de esas tiendas que siempre estaban ahí, con Gloria y Ana Belén al otro lado del mostrador prestas para encontrar el regalo perfecto con el que sorprender a los seres queridos. Fundada en 1978 por Gloria Pérez Castro, la tienda Regalos Macoya pone este mes de junio fin definitivo a su idilio con León y echa el cierre para siempre poniendo punto y final a casi medio siglo de historia.

La historia de Regalos Macoya es una historia familiar. La ovetense Gloria, junto a su marido Pepe Menéndez, llegó a regentar además de este otros dos negocios en León: Louvre, en Burgo Nuevo, que dirigía Pepe y cerró hace más de 25 años; y Hogareña, que con un concepto algo moderno para la época cerró hace 32 años tras cinco abierto.

Ana Belén Méndez comenzó a trabajar en la tienda junto a su madre cuando cumplió los 16 años. El verano se despedía de León en el mes de septiembre de 1980 y con la década recién estrenada daba comienzo su historia en Regalos Macoya. Tras años en el negocio, Gloria se jubilaba hace 12 y Ana Belén quedaba al frente del local, haciendo de los valores que le trasmitió su madre su mayor baza: la cercanía, la atención personalizada y el buen hacer.

Pero los años fueron pasando y con ellos llegaban el boom de las redes sociales, las grandes cadenas que comenzaban a instalarse en la capital y la venta online. Tocaba actualizarse y Ana no tenía horas en el día para ponerse a la última de todo. «Era mucho trabajo para una sola persona, llevar la tienda, las redes, la web y todo lo que hay que hacer, y no era rentable», recuerda ahora.

A principios de 2024 la oportunidad que llevaba tiempo esperando llegaba. Otra tienda del centro de León le proponía un empleo y no lo dudó. «Siempre decía que si me salía otra cosa lo dejaría. León ahora está bastante mal para ser autónomo y para el comercio, y me ofrecieron un sueldo estable, una tranquilidad, y no lo dudé», asegura Ana Belén, que en marzo anunció el cierre de la tienda y desde entonces ha estado liquidando todos los productos hasta este 28 de junio.

Asegura que cierra Regalos Macoya «satisfecha de la labor realizada y agradecida a mis clientes de siempre, que han estado ahí tres generaciones y en estos meses me lo han demostrado». Porque la historia de Regalos Macoya no se escribe sin sus clientas que son ya «amigas». Desde las mujeres de la generación de Gloria que a sus 80 años ven con nostalgia el cierre de una tienda «de siempre», hasta las de la edad de Ana Belén pasando por sus hijas, todas preguntan a madre e hija si no les da pena cerrar. Y Ana siempre responde lo mismo: «digo que sí, que me da pena, pero la justa».

Porque el cambio cree que es a mejor, y también lo ve así su madre, que además de ver a su hija tranquila y feliz podrá vender el local y «todos contentos». Regalos Macoya se despide siendo ya «historia del comercio de León» y lo hace «agradeciendo a los leoneses el cariño que siempre nos han tenido». «Siempre nos lo han mostrado, han agradecido nuestra atención y nosotras ahora tenemos que agradecer a los leoneses todos estos años».

• Temas
• León ciudad