
Leoneses en el extranjero
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Leoneses en el extranjero
Siete idiomas, siete países y un amor de nostalgiaVivir en León y en la India debe ser como el sol y la luna. Dos culturas contrapuestas, dos mundos diferentes. De la comodidad de León al caos de la India. No tiene que ser fácil adaptarse al modo de vida de Rajastán, un estado al noroeste del país indio en el que vive José Carlos Redondo, leonés y filólogo.
Esta hoja de ruta solo la puede tener un filólogo apasionado por el aprendizaje de idiomas. Y personas como José Carlos son las únicas capaces de adentrarse en la cultura asiática con unos resultados que a simple vista se ven que son buenos. Es licenciado en Filología Inglesa por la Universidad de León, tiene un máster en Enseñanza y un doctorado en Antropología Lingüística con mención internacional, además de experiencias universitarias en Escocia, Australia y Estados Unidos.
Dentro del ámbito profesional en España ha sido profesor de inglés en el Centro de Idiomas de la ULe y profesor de español para extranjeros en la Universidad de Alcalá, en Madrid. Fuera de la frontera española a sus 38 años también ha desarrollado esa labor en Australia, Estados Unidos y China. Hoy en día se dedica a lo mismo, pero en la India.
Se puede llegar a intuir en este punto que, quizá, viajar sea otra de sus grandes pasiones. Sin embargo, por encima de viajar están los idiomas. Sabe, ni más ni menos, que siete lenguas: español, leonés, inglés, francés, italiano, chino e hindi. Cuenta, además, con el título de examinador del Instituto Cervantes y forma parte de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo del Ministerio de Asuntos Exteriores.
José Carlos se dio cuenta de que le gustaba viajar cuando de pequeño miraba los atlas y el globo terráqueo. «Después, de adolescente, pasé varios veranos en Irlanda y tuve contacto con otros europeos», comenta. «Me apasionaba poder aprender su idioma y comunicarme con ellos», explica el leonés, algo de lo que sacaba partido cuando jugaba al fútbol: «Me hacía comunicarme mejor en el campo con compañeros de otros países».
León es una ciudad muy bonita y la provincia leonesa es una tierra «colmada de monumentos históricos y parajes naturales preciosos», como dice este leonés. Pero José Carlos necesitaba «ampliar horizontes» y su pasión por los idiomas. León se le quedaba corto y decidió emprender una bonita ruta que le obligase a dar lo mejor de sí mismo. Eso le ha llevado a tierras tan diferentes a la capital leonesa como India y China, que son, sin duda, las dos que más le han impactado: «India es la que más me ha chocado: es muy caótico y no hay ningún orden y al mismo tiempo es un país muy espiritual». Además, en China vivió durante seis años y no se queja de la experiencia: «Es una cultura milenaria muy bonita».
La vida leonesa es sencilla. Se tiene «todo a mano». «El decir que en 15 minutos nos vemos en el Húmedo es un privilegio», reconoce José Carlos, que lo compara con Shanghái y dice que «para quedar tenías que plantearlo con horas de antelación».
Su vida gira en torno a los idiomas y lenguas de todo el mundo. Y, por supuesto, en su haber no podía faltar el leonés. Es una lengua en peligro y hablada solamente en puntos concretos de León, de Zamora, de Salamanca y del nordeste de Portugal. En su mayoría lo hablan personas mayores, pero aún queda un reducto esperanzador que nace de José Carlos, entre otros. «Aprendí leonés escuchando a la gente mayor de los pueblos cuando era adolescente y luego, de mayor, al haber estudiado filología uno entra en contacto con la lingüística y la etimología y se consolidan conocimientos de cualquier lengua», afirma. Sin embargo, la situación de la lengua leonesa dice, es «muy precaria» debido, principalmente, a la inacción de las instituciones políticas que incumplen lo que manda la ONU a través de la UNESCO y la Unión Europea, que es «proteger y promocionar» el leonés ya que es patrimonio lingüístico.
Es, en toda regla, un políglota. Y a pesar de que se fuese en su día para conocer más mundo, su intención es volver, pero para seguir alineado con los idiomas y enseñarlos. «Espero que la situación laboral mejore y poder estar pronto en casa con un trabajo estable que me permita vivir decentemente», anticipa. Es un orgulloso leonés y en sus múltiples aventuras siempre habla de su tierra: «En mis clases hablo de León y enseño fotos de Las Médulas, de Babia, de Picos de Europa, del Valle del Silencio, de la Catedral, etc. Mis alumnos se quedan prendados de la belleza que tiene nuestra provincia».
La montaña leonesa, los Ancares y El Bierzo con «sus ríos y cascadas», sin olvidar la cecina y el botillo ni los vinos por el Húmedo. Todo eso es lo que José Carlos echa de menos desde su actual posición en la India y que un día espera poder volver a vivir. Porque una vez se sabe lo que es León... no hay viaje ni idioma que se le resista.
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Antonio Paniagua y Sara I. Belled
Abel Verano
Fernando Morales y Álex Sánchez
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