«Esto es la ruina total»

Para los clientes la incertidumbre se instala de nuevo y las los hosteleros las nuevas restricciones «terminan de matar» al sector.

La enorme contundencia de la frase deja ver la crítica situación en la que se encuentra la hostelería leonesa en el momento actual.

Castigada desde el pasado mes de marzo por la pandemia, sin ingresos por un confinamiento histórico, con una caída en las recaudaciones del 75% debido a las limitaciones en la reapertura y ahora enfrentada a un restrictivo horario de cierre, todo apunta a uno de los peores momentos en el sector.

Tanto es así que las voces pidiendo un 'rescate' se han multiplicado. Un 'rescate' en Erte prolongados en el tiempo, ayudas a la hora de abonar impuestos y colaboración de 'terceros' en gastos corrientes como el alquiler.

«Toca hacer piruetas para ver cómo salvar la empresa y mantener los máximos empleados posibles sin tener que despedirlos. Esto es inaguantable. Qué tristeza. No entiendo lo de confinarnos. Esto es la ruina total», aseguraba a través de las redes sociales Juanjo Pérez (Cocinandos).

Pero esa sensación es generalizada. El presidente de la Asociación de Hostelería de León, Martín Méndez, ha asegurado abiertamente que el último confinamiento, el que acaba con el tramo final del día, es una condena en toda regla.

«No tenemos capacidad para resistir, es imposible. Esta situación se va a llevar a la mitad de los establecimientos por delante. Yo ya no tengo capacidad para pagar a mis empleados y al final acabará con nosotros», ha remarcado el también propietario de El Altar.

En la actualidad, y según los registros oficiales, las licencias de hostelería en sus diferentes versiones alcanzan las 4.000 y la sensación es que muchas de ellas se perderán por el camino.

Eso supone que se perderán unos 1.100 establecimientos y todo lo que esté por debajo de esa cifra será casi un milagro. La pérdida de establecimientos irá acompañada por una enorme sangría en el terreno laboral. Hasta la llegada del Covid-19 la hostelería daba empleo a 12.000 trabajadores de forma directa y a unos 8.000 vinculados de forma indirecta.

Cuando pase la crisis, y atendiendo al número de establecimientos que no levantarán sus puertas, la previsión es una pérdida laboral de 4.500 empleos a los que habría que sumar otros 2.500 asociados a empresas que trabajan directamente con hostelería.

De las 1.200 licencias de hostelería con las que cuenta la capital la Asociación de Hostelería y Turismo de León estima que un 15% de los establecimientos «aún no han podido levantar la trapa». Y tras el impacto del último confinamiento ahora se cree que casi la mitad tendrán el futuro comprometido.

Los números resultan demoledores y, según se remarca desde el sector, no se podrá cuestionar el empeño puesto por el sector por sobrevivir.

Este miércoles algunos establecimientos han recuperado la fórmula del 'take away' comida para llevar con el fin de intentar obtener ingresos con los que hacer frente a los gastos generales.

«Estamos en una situación en la que nos tenemos que aferrar a un clavo ardiendo», se ha remarcado.