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Cruz Rodríguez en la entrada de la tienda La Perla en La Rúa. A.G.B

La Perla de La Rúa baja la trapa: «Quiero disfrutar tras más de 40 años»

Cruz Rodríguez, propietario desde 2004 del negocio textil que levantó Dídimo González, se jubila a finales de año | «La calle La Rúa es diferente a todas, se respira hermandad y compañerismo»

Miércoles, 6 de noviembre 2024, 08:13

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Caminar por la calle La Rúa es hacerlo por una de esas calles de siempre, de las que nos recuerdan a casa. Con el bullicio habitual de una calle en pleno centro de la capital, el sonido de las obras y el trajín de maletas de turistas perdidos por el callejero leonés la presencia de La Perla se ha mantenido inalterable a lo largo de los años.

Al otro lado del mostrador del negocio, una de esas tiendas de las de siempre donde nuestras bisabuelas, abuelas y madres han comprado durante generaciones todo tipo de textil, desde hace más de 20 años como propietario ha estado Cruz Rodríguez. Aunque cogió la tienda en traspaso en 2004, el vínculo de Cruz con La Perla viene de lejos. Dídimo González levantaba la tienda el pasado siglo y se convertía en una referencia del comercio textil que sobrepasó las fronteras de la ciudad y abrió establecimientos en Zamora, Valladolid, Salamanca y Oviedo.

Siendo poco más que un adolescente, Cruz comenzó a trabajar en el negocio y, tras estudiar artes gráficas, se hacía cargo durante años del local de la familia González -Dolores González, una de las abogadas que sufrió el atentado de Atocha, era nieta del fundador del negocio- en Valladolid. Años más tarde regresaría a casa para convertirse en propietario de la tienda de León ya entrado el siglo XXI. «He vivido ya no sé cuántas crisis, la más dura la del ladrillo», recuerda Cruz.

«La Rúa es diferente a todas las calles de León. Es como la calle de los pueblos. Antes era la calle de las zapaterías y ya no queda ninguna»

El cartel de 'Se traspasa por jubilación' ocupa espacio en el escaparate de una tienda por la que a diario pasan decenas de vecinos y turistas. A sus 63 años y tras más de 40 cotizados vinculado al comercio, el leonés «tira la toalla» para iniciar una nueva vida a partir de finales de diciembre, cuando bajará para siempre la trapa de La Perla.

Décadas detrás del mostrador han convertido a Cruz, un amante del arte, en testigo de excepción de los cambios de la calle y, por ende, de la ciudad y su sociedad. Desde que pasaban los coches hasta su peatonalización, Cruz ha sido uno de los personajes sin los que no se puede entender La Rúa. Una calle que dice, es «diferente a todas las calles de León». «Es como la calle de los pueblos, igual», la define, porque en el primer tramo de la vía se respira esa hermandad que desde sus orígenes, cuando las gentes de los pueblos acudían a la capital a comprar, siempre fue la tónica habitual. «Salimos a tomar el café al Rúa, no hay rivalidad, no hay competencia, es todo cercano y con mucho compañerismo», reconoce.

«El comercio local ha pegado un giro bestial. Los centros comerciales e Internet han tenido mucho que ver, pero tampoco hay que echar toda la culpa a eso»

Rodríguez ejemplifica el sacrificio de los comerciantes que luchan a diario por mantener el comercio tradicional. La irrupción de internet, la venta online y los centros comerciales han marcado el cambio en el paradigma del comercio local. Recuerda Cruz que la calle de La Rúa era «la calle de las zapaterías», y, hoy en día, no queda ninguna. «Esto ha pegado un giro bestial, los centros comerciales e internet han tenido mucho que ver, pero tampoco hay que echar toda la culpa a eso», asegura. Porque él siempre ha hecho del sacrificio y el trabajo su leitmotiv. «Hay que trabajar más para ganar menos, dedicarle mucho tiempo y mucho trabajo. La mitad de las veces no lo ves recompensado y eso te hace tirar la toalla, y yo lo hago ahora con 63 años y medio y más de 40 cotizados».

Se marca el 23 de diciembre como fecha límite para cerrar La Perla, y no cree que el propietario del local tenga problemas para alquilar en el futuro el espacio que está «muy bien situado y tiene muy buena distribución». Cruz cumplirá con el dicho de 'año nuevo, vida nueva' y comenzará una nueva etapa en 2025. Sus planes pasan por hacer el Camino de Santiago y, sobre todo, retomar su mayor pasión en la vida, la pintura y el dibujo. «Voy a disfrutar de la vida que no lo he hecho últimamente porque el comercio te lleva mucho tiempo, con una jornada partida, descansando un día y medio y no cerrando por vacaciones no haces vida, y ahora quiero disfrutar», cuenta, mientras mira con ilusión y esperanza una nueva etapa en la que seguirá dibujando y exponiendo sus obras.

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