Una de las sesiones del juicio celebrado en la Audiencia Provincial de León.

Crimen de La Torre

Los peritos descartan una agresión «accidental» en la puñalada «mortal» a Mario

La madre del agresor escribió a los padres de la víctima y reconocía ante su hijo que «tiene que ser horrible» vivir un crimen así

Jueves, 29 de febrero 2024, 15:03

Sin cambiar su gesto, con la mirada hacia abajo y llevándose la mano al rostro en alguna ocasión. Inquebrantable ni tan siquiera cuando su propia madre acudía a declarar con rostro afligido. Jorge Cervantes vivió la cuarta jornada del juicio en el que se le ... acusa del asesinato del universitario Mario Fuentes el 16 de mayo de 2021, tras asestarle una puñalada mortal en el transcurso de una pelea en la zona del Lidl del polígono de La Torre.

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El agresor tuvo que escuchar la declaración de su propia madre, quien reconoció el «cambio» de su hijo cuando con 16 años empezó a salir «con gente diferente» y empezó a llegar a casa «oliendo a porro, con mirada desencajada y síntomas de drogas». Ante la incapacidad de Jorge para salir de esa espiral, le recomendó acudir a un centro de desintoxicación, donde mejoró y empezó a estar «más centrado, incluso comíamos juntos alguna vez y se le podía hablar».

Sus padres se separaron y la madre perdió contacto con su hijo. El día después de los hechos, Jorge puso un mensaje a su madre explicándole que «había tenido una pelea». Más tarde, se enteraría de que su hijo estaba acusado de asesinar a un joven de 18 años. «Escribí a los padres de Mario para darles el pésame porque tiene que ser horrible su situación», afirmó. Además aseguró que han abonado 10.000 euros a la familia del fallecido.

La parte más emocional de la sesión, único momento en el que el acusado evidenció signos de agotamiento e incomodidad durante las cuatro jornadas, dio paso a la parte más técnica con la prueba pericial.

La causa de la muerte

La declaración de las perito-testigo del Instituto de Medicina Legal de León expusieron en una extensa presentación los pormenores de cómo se encontraron el cuerpo de Mario.

La víctima tenía manos y uñas ensangrentadas, heridas muy leves en las rodillas y la palma de la mano y una más fuerte en la cabeza. A ello se sumó la herida inciso-punzante en el tórax derecho, con una dimensión de 3,5 centímetros de longitud por 2 centímetros de ancho, una herida «característica de arma blanca», sentenciaron.

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La herida afectó a toda la cavidad torácica, fraccionó músculo, costilla y pulmón y llegó a la arteria pulmonar, lo que provocó una hemorragia interna masiva. «Fue de gran profundidad», matizaron, llegando a afirmar que ese corte «provoca la muerte de la persona» al evitar que el oxígeno circule entre el corazón y el pulmón. En esta tesitura, confirmaron que la causa de la muerte fue la puñalada, que provocó la pérdida de tres litros y medio de sangre que apareció en la caja torácica, más de la mitad de la que tiene todo el cuerpo.

La muerte de Mario se produjo a las 5:20 horas de la madrugada, tras un intentó de reanimación de media hora en una segunda parada cardiaca.

El arma del crimen

El análisis del arma del crimen se hizo con la navaja de 16 centímetros de hoja en las manos de las peritos. «Hay que imprimir una fuerza considerable para llegar a la arteria a la que llegó el filo», expusieron ante el jurado popular con claridad. Y apuntaron a que la herida, de arriba a abajo, es «complicado que sea accidental». Además, descartaron una posible lucha o defensa de la víctima.

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La incisión en el cuerpo del fallecido alcanzaba los 14 centímetros por profundidad y trayectoria.

Esta situación alteró el discurso de la defensa, que fue requerido al orden por el magistrado presidente en diferentes ocasiones por poner en tela de juicio la labor de los peritos.

Informe psicológico

Los informes psicológicos descartaron alteraciones cognitivas del agresor en el momento en el que se produjeron los hechos. «No ha existido ni existe alteración mental en él que le impida diferenciar entre el bien y el mal. No se intuye distorsión de la realidad».

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Jorge Cervantes fue capaz de hacer un relato coherente y pormenorizado de lo que ocurrió aquella madrugada del 16 de mayo y extraía datos negativos como «portar una navaja». «No había bebido tanto si tiene esta claridad en los acontecimientos», expusieron.

Para este viernes queda pendiente la última jornada de prueba con una pericial de parte solicitada por la defensa del agresor. Posteriormente se escucharán los audios de la llamada que se hizo al 112 la noche del crimen y los abogados expondrán sus informes de conclusiones para elevarlas a definitivas.

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