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La crisis en Laboratorios Ovejero saltó hace meses a la prensa, pero hace mucho más que la factoría leonesa ya viene arrastrando problemas económicos, la situación se hizo insostenible a finales de 2020 cuando Juan Pablo Ovejero comenzó a buscar un socio para salvar ... la fabrica leonesa.
Unas seis empresas mostraron interés, aunque las negociaciones se iniciaron, en el mes de febrero, con el grupo Labiana con el que se firma un periodo de exclusividad. La última semana de abril se acaba ese plazo y a pesar de tener conversaciones y un acercamiento la situación da un giro. «Se decide acabar con esa exclusividad pero mantener las negociaciones, estamos en la última semana para intentar llegar a los acuerdos, en ese momento se ve que es imposible cerrar un acuerdo solido», explica el gerente de la empresa, Juan Pablo Ovejero, en una entrevista con leonoticias.
Ovejero explica que «se decide por parte de la propiedad que existe un proyecto más solido e industrial con compromisos importantes con el grupo Zendal» y esta es la motivación que les lleva a romper el acuerdo. Aunque él insiste en que «no hay firma, por lo que no hay acuerdo».
Laboratorios Ovejero comunica esta decisión a Labiana y «empezamos ese proceso, han expuesto su proyecto industrial y nos merece la máximo respeto y seguridad de cara al futuro de Laboratorios Ovejero en León». A pesar de haber trabajado con el grupo Labiana y con los acreedores para llegar a «acuerdos que permitan entrar al inversor con tranquilidad».
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El viernes 7 de mayo la Junta de Castilla y León confirma un acuerdo entre Laboratorios Ovejero y el grupo Labiana, pero faltaba la firma. El Grupo Zendal también ha asegurado a los sindicatos que en esa fecha ya había negociaciones con ellos por parte de la fábrica leonesa.
Tres días en los que se pasa del todo a la nada y hacen saltar las alarmas. Los acreedores, la Junta, los sindicatos y sobre todo los trabajadores no entienden la situación y Juan Pablo Ovejero explica en leonoticias el motivo por el que 'rompe' el preacuerdo y no acude a una firma pactada para el lunes o martes.
«Lo que la empresa comunica es su intención de cerrar acuerdos, para ello hay equipos de abogados por las dos partes intentando cerrar documentalmente esos contratos, hasta que no estén firmados no se puede dar por cerrada», aclara el gerente de los laboratorios antes de explicar sus motivos.
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Ovejero asegura que el viernes «nuestros abogados reciben cambios sustanciales en las condiciones de pactos que habíamos hecho con anterioridad y los contratos no tienen nada que ver con lo acordado esa semana, y ese es el punto de cambio». Ese mismo viernes, día en que se anuncia el preacuerdo a las partes interesadas, también es el día en que «vemos que lo que se nos presenta no concuerda con lo hablado esa semana».
Unos cambios en las clausulas, todo puramente legal, según explica el gerente de Laboratorios Ovejero el problema de la falta de una firma con una empresa que había llegado a un acuerdo con todas las partes implicadas. Pero el responsable de la factoría leonesa insiste en que no hay ningún aspecto económico en este cambio, sino de proyecto. Por ello, cuando Ovejero buscó un socio para León pedía «que traigan un proyecto industrial y asuma esa situación financiera de la empresa, no existe en la transacción ningún requisito de cobrar o de obtener un beneficio a cambio». Y en este sentido asegura que «el acuerdo de Labiana es casi idéntico al del grupo Zendal».
Con esta situación sobre la mesa comienzan las manifestaciones y este lunes la huelga indefinida de toda la plantilla. Muchos trabajadores achacan este descontento a la falta de información que han tenido con ellos a lo largo de toda esta crisis, pero no es la misma visión de Juan Pablo Ovejero.
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«Por mi parte, entendemos que la información se ha dado cuando los hechos han ocurrido, solo hay incertidumbre cuando entra un nuevo proyecto», asegura el gerente de la factoría. En este sentido, insiste en que «han entrado factores ajenos a los trabajadores que han influido en las decisiones de algunos trabajadores y el comité de empresa, ante esas presiones, no ha logrado transmitir una calma para lograr un acuerdo rápido».
Juan Pablo Ovejero defiende la negociación con el grupo Zendal y seguirá trabajando por ello, en el lado opuesto, la Junta de Castilla y León, los acreedores y los trabajadores piden que se firme el acuerdo de Labiana, pero el gerente sigue valorando más un proyecto prometido. «Su proyecto para Ovejero es integrarlo como una unidad de producción dentro de su grupo, esa unidad entraría de manera inmediata a cubrir las necesidades de Zendal en estos momentos, no es un proyecto a futuro o a largo plazo es inmediato», asegura el gerente del laboratorio leonés.
Un total de 80 familias de manera directa y 120 de forma indirecta dependen del proyecto que se firme por la compra de Laboratorios Ovejero. Una historia cada día más complicada que tiene como fecha límite el 7 de junio para llegar a un acuerdo, entre todas las partes, con el grupo Zendal.
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