Los empleados de Ovejero, con 10 nóminas sin cobrar: «Lo peor es la incertidumbre y las mentiras»

La empresa adeuda diez nóminas a algunos empleados. A otros, que han estado en ERTE o de baja, se les adeudan más de cinco. Ellos se creen con suerte. Pero la situación de los 80 empleados es complicada y muy difícil de soportar en el día a día.

«Que lleguen unas navidades y que tengas que pedir dinero para comprar un regalo a tu hija...». Es una de las complicadas situaciones que durante dos años han vivido en los laboratorios leoneses y estos sólo son detalles. «Son muchas cosas que no se ven. pero están ahí», lamenta Víctor uno de los empleados en producción. Él sólo espera que «pase pronto porque lo hemos pasado muy mal».

La situación en laboratorios Ovejero no es fácil y escuchar los problemas en boca de quienes día a día han seguido acudiendo a su puesto de trabajo para dar lo mejor de sí mismos, refleja las ganas de trabajar del gran equipo humano que compone la factoría. Pero sus ojos transmiten lo que tanto tiempo llevan callando.

Algunos de ellos acumulan 10 nóminas sin abonar. Pero sin duda, para ellos, lo peor es la incertidumbre. No saber que pasará este mes en el trabajo, pero tener por seguro que las facturas en el hogar seguirán llegando.

Yolanda trabaja en la parte de administración y lo hace desde hace 25 años. Para los que no conocen la situación remarca que hacen frente «a muchos problemas en el trabajo y ves que llega fin de mes y no se consigue nada, se promete y no se cumple». Y es que tanto trabajo diario no tiene ninguna recompensa.

En este sentido, también reclaman más información. Y es que «nunca el dueño habló con nosotros y nos expuso el problema o que plan había era intentar salir como fuera pero adaptándose a la situación», lamenta Yolanda.

«Todos estos años hemos estado arrastrando problemas, pero gracias a la gente, que hay un grupo humano muy bueno, hemos ido tirando por esto que merece la pena», asegura Víctor, quien mantiene que hay que seguir luchando, porque a pesar de todo, no se rinde.

«Pero tenemos un gestor que ademas de engañarnos nos lo ha hecho pasar muy mal», lamentan los trabajadores. Reclaman un poco de apoyo, de ayuda y comprensión. Ya que «hemos sacado todo el trabajo adelante y hemos dado la cara por él.

Y al final toda esta presión en el trabajo, la incertidumbre con los cobros y la situación personal de cada una de las 80 familias que dependen de Laboratorios Ovejero ha pasado factura en la salud de algunos de los empleados. «Es muy duro, se pasa mal y cada uno tiene sus problemas, yo he tenido que tirar de medicamentos para poder llevar esta situación», recuerda Víctor, quien a día de hoy sigue trabajando con un tratamiento médico, como muchos de sus compañeros.

Desde la plantilla lamentan la falta de comunicación a la hora de marcar pautas para actuar con clientes y proveedores a los que se debe dinero o no se les envían los productos. Desde las oficinas se han respondido llamadas que hacían más duro, si cabe, el día a día en Laboratorios Ovejero. Y en parte, toda esta presión ha sido causante de los problemas de salud de muchos empleados.

«Hemos recibido llamadas muy violentas, a veces con gente enfadada que no entendían la situación y nosotros estábamos en la misma situación, pero teníamos que hacer frente a ese problema», recuerda Yolanda algunos de sus días más complicados.

Y es que la falta de dinero en Laboratorios Ovejero llega a toda, o casi toda la empresa. «Es complicado gestionar tu trabajo así, porque falta materia prima, hemos llegado a tener escasez de todo, hasta de papel».

Los cobros de algunas nóminas, elegidas a dedo, en vez de dar una pequeña parte a toda la plantilla crearon algunos conflictos. Una estrategia de la dirección por la que decía «hay nóminas que hay que pagar».

Víctor y Yolanda lo recuerdan mientras se preguntan «¿cómo es que hay nóminas que si y otras que no?». Por suerte, los trabajadores siempre han entendido que las decisiones no eran de sus compañeros, sino de quien está al frente de la empresa. Por todo ello, la plantilla está unida en esto y aunque la decisión de la huelga ha sido muy difícil de tomar, la situación ya es insostenible.

«Aquí hay un grupo humano muy bueno y aquí este hombre no ha tenido ninguna consideración, sólo nos ha dicho mentiras, siempre nos ha mentido».

Con la llegada de Labiana también llegó la esperanza a la factoría leonesa. Las nóminas volvieron a llegar a los trabajadores y la promesa de zanjar la deuda también cambió el estado de ánimo de la plantilla. El grupo Labiana adelantó dinero para comprar materia prima.

Mientras tanto Juan Pablo Ovejero negociaba un nuevo acuerdo con el Grupo Zendal y con ello se volvían a romper las ilusiones de recuperar un empleo estable, pero las ganas de dar lo mejor siguen muy presentes. «Aún así tenemos ganas de trabajar, de sacar la empresa adelante, espero que las herramientas jurídicas y legales ayuden a resolver el problema», confía esperanzada Yolanda, quien sólo pide «que podamos salir adelante por el bien de los trabajadores, de proveedores y de toda la ciudad de León».

No entienden cómo se ha roto un acuerdo que salvaría la planta leonesa. 80 empleos directos y 120 indirectos muy necesarios en la provincia leonesa y que ahora vuelven a pender de un hilo. Este lunes inician la huelga y a pesar de que no ha sido fácil llegar a esta decisión lo hacen como empezaron esta aventura, unidos y con ganas de que pronto puedan volver a sus puestos de trabajo.