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Roma no es la misma desde el pasado lunes. La ciudad eterna ha quedado teñida por la tristeza y el luto tras la muerte del papa Francisco a los 88 años. Y en medio dEL silencio y la sobrecogida, se encuentra Miriam Gavilanes, una joven leonesa que cambió su vida hace apenas unos meses para trabajar en la capital italiana y que ahora presencia de cerca un momento que quedará grabado en la historia.
«Me enteré por la mañana, a través de los medios italianos que sigo en Instagram. Desde entonces, la televisión no ha dejado de emitir noticias en directo. Todo ha sido muy repentino», cuenta desde Roma.
Miriam trabaja en un hotel a solo diez minutos en coche del Vaticano, desde donde ha visto crecer la afluencia de turistas, creyentes y curiosos en las últimas horas. «Roma está llena de gente, y esto es solo el principio. Se espera la llegada de grandes figuras del entorno mundial, sobre todo a partir de mañana», explica.
La joven, de 25 años, dejó León el 27 de septiembre de 2023 con destino a Roma para trabajar en una famosa cadena de la capital. Atrás quedaba su puesto en el Hotel Silken de la capital leonesa y una etapa en la que León empezaba a quedársele pequeño. «Valoraba irme a cualquier parte del mundo si eso suponía crecer profesionalmente», reconocía entonces. Tras experiencias en Austria, Italia, Grecia e Inglaterra, Roma se convirtió en su nuevo hogar.
Ahora, ese mismo escenario que tanto le ilusionaba se transforma ante sus ojos. «Nos han avisado de que habrá muchas reservas en la zona del Vaticano, se prevén grupos muy grandes», comenta. La ciudad se ha volcado con el luto. Incluso se ha suspendido la primera beatificación de una persona milenial, un chico de 15 años, prevista para el 27 de abril. «Han quitado las flores de la plaza y la gente intentaba llevárselas como recuerdo. Todo el mundo está impactado», añade.
La Semana Santa ya había dejado una Roma saturada de visitantes. «El día de Pascua es el más celebrado, y este año ha coincidido todo: Pascua, el Jubileo, ferias, eventos, la llegada de los Reyes de Inglaterra… y ahora esto. Ha sido demasiado», dice Miriam. A eso se suma el Festival del Oriente (25 al 27 de abril) y otros actos ligados al calendario religioso y turístico. «Se espera que el fin de semana sea masivo», anticipa.
La muerte del papa Francisco ha conmocionado a una ciudad acostumbrada a la liturgia, pero no a la pérdida. «Era un papa muy querido. Muy humano, muy humilde, muy cercano. La gente joven se había enganchado a su forma de entender la Iglesia», reflexiona la leonesa. «Aquí nadie se esperaba que esto pasara, y menos en Pascua, el año del Jubileo. Era como impensable».
Pese a todo, Miriam no deja de sentirse afortunada por vivir este momento desde dentro. «Nunca he estado aquí durante la muerte de otros papas. Esta vez me ha tocado y es algo que recordaré siempre», afirma.
Aunque la ciudad se muestre, como ella dice, «muy desorganizada», algo en el ambiente deja claro que está viviendo un momento único. Un capítulo que quedará en la historia de Roma, y también en la suya personal «es algo que nunca imaginas».
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