El fisio leonés que vive en una furgoneta en Australia

Era octubre del año 2022 cuando Álvaro, toledano afincado en León desde los 6 años, hacía sus maletas dispuesto a cambiar radicalmente de vida mudándose al otro lado del globo terráqueo. Una decisión meditada, a la par que impulsiva, que llevaba en su mente «un montón de años», pero que siempre «iba dejando pasar», hasta que se puso a estudiar inglés «esta vez en serio» para coger el avión que cambiaría su vida por completo.

Una vez allí, se asentó en Gold Coast, una ciudad y región costera australiana en el este del país, donde le dieron un visado que le permitía trabajar y vivir en el país durante un año. Los primeros meses trabajó de camarero y más tarde comenzó a compaginarlo con otro trabajo en un invernadero de palmeras, donde se encargaba de trasplantar estos árboles para que se los puedan llevar.

Al terminar el primer año, Álvaro se dio cuenta de que, para poder seguir en Australia tenía que renovar su visado, algo que no era fácil, ya que el gobierno australiano tiene una serie condiciones para continuar trabajando en el país. Estas medidas buscan abordar la escasez de mano de obra en determinados sectores flexibilizando las medidas para que quienes se dediquen a ello puedan permanecer en el país. Se trata de sectores como la agricultura, ganadería, pesca, turismo en zonas remotas del país o empleos en el sector de la construcción.

En ese momento Álvaro lo tuvo claro, y decidió que continuar trabajando en el invernadero era la forma más sencilla para renovar su visado. Aunque alejado de las camillas y de su trabajo como fisio en León, el joven está feliz entre las plantas, lejos de bullicio de la gran ciudad y rodeado de «muy buenos compañeros».

Impulsado por conocer el país a fondo en sus días libres, el leonés decidió comprar una furgoneta con el objetivo de «dar toda la vuelta a Australia» y vivir en ella para ahorrarse el alquiler «y poder ahorrar más». El año pasado recorrió con ella la costa este y el que viene tiene pensado hacerse la costa oeste del país, conociendo a fondo sus ciudades, cultura y paisajes.

Entre las muchas razones que lo llevaron a vivir a la otra punta del mundo estaba la creencia de que el carácter de los australianos «iba a ser similar al de los españoles», aunque tras vivir unos años allí Álvaro ha cambiado su percepción, ya que «es complicado relacionarse con ellos, y más si no tienes un inglés muy bueno», reconoce.

Sin embargo, el joven leonés se alegra de haber formado una comunidad junto a muchos de sus compañeros de trabajo procedentes de España o de países hispanohablantes, con los que disfruta de su tiempo libre aprendiendo a surfear o en la playa. Asegura que Australia «está plagada de españoles» y que hay fiestas latinas «hasta tres veces a la semana».

Sin embargo, el ocio típico de Australia es «muy diferente a España». Es estilo de vida del país, unido a la buena climatología en muchas de sus zonas, les lleva a realizar «muchos planes al aire libre». El leonés quedó sorprendido al ver que había barbacoas eléctricas gratuitas en parques de la ciudad, así como baños públicos por doquier, ya que los australianos «se involucran mucho en cuidar las cosas».

Al preguntarle sobre lo que más echa de menos de España el joven no lo duda: «la morcilla, de León por supuesto» y «a ser posible una cerveza que valga menos de 5 euros» cuenta entre risas, haciendo referencia al alto precio de las bebidas alcohólicas en Australia «y encima vienen sin tapa, imagínate».

Un ritmo de vida «que está bien para un tiempo» afirma Álvaro, que prevé volver a León en el 2025, cuando se le termine la visa. Si quisiera seguir en el país a partir de esta fecha la única opción sería ponerse a estudiar de nuevo para poder homologar su título de fisioterapeuta, aunque es algo que no se plantea ya que «me llevaría años y en España se vive muy bien».

Aunque no es oro todo lo que reluce. Álvaro advierte que no todas las historias de éxito sobre viajes a Australia «en las que te dicen que ganarás mucho dinero y sobran los empleos» son verdad. El fisio tiene claro que para encontrar un trabajo, sobre todo en temporada baja, «tienes que buscar mucho o tener buenos contactos». Sin embargo, no tiene quejas con su sueldo de Australia, que ronda lo equivalente a 2.000 euros mensuales, ya que viviendo en la furgoneta evita pagar los altos alquileres del país.

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