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Alicia del Barco dejó España a finales de octubre de 2018. Tras cursar sus estudios de filología inglesa en la Universidad de León, del Barco decidió dejar España y empezar una nueva vida lejos de las fronteras.
Su razón no era otra que la pasión por conocer un país del que se enamoró cuando fue de erasmus. «Quería seguir probando y decidí quedarme para buscar trabajo», asegura.
Una opción que no fue nada fácil para ella ya que con su familia guarda grandes vínculos y «les echo mucho de menos». El alemán llegó a su vida antes de vivir allí. Un idioma que fue forjándose con estudio y esfuerzo y, el cual, ha mejorado mucho en los últimos años. Cuando llegó a Alemania no tenía muy claro dónde iba a acabar porque iba a «probar suerte». «Es un país donde las oportunidades que se abren son mucho más amplias que en España», asegura del Barco.
Su primer trabajo fue el de profesora de español. Un puesto en el que, sin contrato, no parecía la mejor opción a desarrollo. Pero el paso del tiempo le fue indicando el camino a seguir.
Tras formarse en el idioma y tocar diferentes sectores laborales, su puesto llegó. Educadora infantil que, sin necesidad de carrera, lleva años ejerciendo. «Aquí no es como en España, no necesitas una formación pedagógica específica, con educar te vale», indica.
Cualquier carrera que tenga que ver con la educación es válida para formar, aunque sus labores son diferentes. Cuida de los niños, realiza actividades con ellos y los educa, no como profesora sino como responsable. Además, también imparte clases de español en el centro Cervantes de adultos.
«Empecé sin saber nada porque me conformaba con lo que salía», asegura. Una situación que se fue estabilizando en el tiempo y con la que nunca se conformó. «La capacidad de elección en España es mucho más complicada porque aquí las posibilidades son más amplias», explica.
Con el tiempo, lo que iba a ser un billete con fecha de vuelta se convirtió en una conversación con su actual marido. «Yo quería quedarme en Alemania y le pregunté si le apetecía venir conmigo», indica. Una pregunta que tuvo una respuesta rápida.
Después de seis años ambos consideran haber encontrado su lugar en Alemania, aunque echan de menos mucho a su familia. Novios «de toda la vida», formalizaron su relación casándose en la embajada española de Hamburgo. «La celebración nos la llevamos a León porque la mayoría de nuestros amigos y familia estaban allí», asegura.
Sus billetes ya no tienen fecha de vuelta porque su vida, ha cambiado radicalmente. La vida en Alemania no deja de ser un gran desembolso. Con cafés a cuatro euros, del Barco asegura ver todo «muy barato» cuando regresa a España. Algo que también ha podido observar es la dificultad de encontrar vivienda, ya que, como ella mismo define, es casi «imposible».
Pero el coste se relaciona con la ganancia y, es por ello que los sueldos del país notan su aumento en comparación. «Aquí el empleado está muy valorado en la empresa», asegura. Bajas que no se valoran ya que, la salud tanto mental como física »son muy importantes».
Un país que les enamoró y que , aunque echan de menos a su familia y su tierra, han conseguido un nuevo lugar al que llamar hogar.
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