Tres veces sobre las narices de San Froilán

Primero la Catedral de León en sobrerrelieve, la calavera, luego el bastón y por último la nariz. Catedral, calavera, bastón y nariz. Y así una y otra vez. Cientos de leoneses y peregrinos han tocado las narices al santo.

Una de las tradiciones más divertidas para los pequeños de la casa, pero de las que siempre se cumplen en todas las edades. Y es que lo de las narices de San Froilán es una tradición en mayúsculas y no se puede dejar.

«Nosotros venimos desde Barcelona para celebrar San Froilán», asegura una pareja después de hacer la cola para tocar las narices al santo y es que aseguran que «somos muy muy leoneses y no nos lo podíamos perder».

Una cita tradicional que va acompañada de la rogativa de salud para el próximo año o algunas otras peticiones, que no se desvelan para los seres queridos.

Y es que tocar las narices a San Froilán no es por gusto, sino para pedir «que todos tengamos salud» o en otros casos «para que mi hijo que tiene unos asuntos pendientes los resuelva sin problemas».

Miles de personas han puesto rumbo a La Virgen del Camino, muchos de ellos a pie, aunque la mayoría en medio de transporte, para ser fieles a la cita y visitar al santo que Alfonso III encomendó el obispado. Y es que esta romería es muy especial para los leoneses y por ello han venido desde cualquier lugar del país.

Primero la Catedral de León en relieve, después la calavera, luego el bastón y por último la nariz. Así lo hacen uno tras otro, jóvenes y mayores, en el rito característico de la fiesta de San Froilán, pero si alguien no lo tiene claro es así de sencillo.

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