Crespo, en du ficha de interno en la prisión leonesa de Villahierro.

Crespo, «un tipo normal» con un chuchillo de cocina oculto en el interior del pantalón

La fuga de Miguel Ángel Crespo, huído de la prisión de Villahierro el pasado 26 de octubre durante una actividad fuera del recinto penitenciario, se salda con un delito de robo con violencia, dos robos con fuerza en las cosas y un quebrantamiento de condena | Inicialmente finalizaba su pena en 2024 y ahora podría enfrentarse a ocho años más de internamiento

J.C.

León

Miércoles, 3 de noviembre 2021, 18:35

En el interior de la prisión de Villahierro el interno Miguel Ángel Crespo era un tipo «modélico». Buen comportamiento, ausencia de problemas, de confianza para los funcionarios y participativo. Acudía a sus talleres de cerámica y evitaba cualquier tipo de conflicto de ahí que, siendo ... de segundo grado, obtuviera beneficios como salir de la prisión para participar en actividades ordinarias.

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Pero su historia a nivel penitenciario tuvo un giro inesperado el 26 de octubre al terminar la actividad de limpieza en el cementerio de la localidad de Mansilla de las Mulas.

El educador que acompañaba a los internos reconoce que desapareció como por arte de magia, visto y no visto. «Cuando giré la cabeza lo único que quedaba es el carromato de la limpieza».

Fin a todos los beneficios penitenciarios

'Crespo', se supone, llevaba días urdiendo su fuga. Afuera le esperaba su pareja sentimental, otra reclusa que disfrutaba de un permiso penitenciario que acababa el domingo 31. Fuera por tentación, o por amor, decidió darse a la fuga rompiendo así todos los beneficios obtenidos hasta ese momento en plena recta final de su condena cuyo fin estaba previsto en 2024.

El educador supone que Crespo aprovechó el paso de un camión para subirse a su caja y desaparecer. Así ganó tiempo y metros de distancia sobre el dispositivo de la Guardia Civil, que siempre fue por detrás hasta que entró en Asturias.

Su fuga junto a su novia, condenada por asesinato, podría haber tenido un aire de película hasta que entró en una deriva violenta. Golpeó a un octogenario para robarle el vehículo en la zona de la Candamia, en León capital, y cometió un segundo robo en Asturias.

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En el Principado se sentía seguro

En el Principado se sentía seguro, era un terreno que había pisado en innumerables ocasiones. Tras conocerse el vínculo personal del fugado con el Principado de Asturias, concretamente con el municipio de Cabranes, la Guardia Civil de Gijón estableció un dispositivo policial de localización para controlar los posibles puntos de acceso a la zona y detectar la presencia del mismo en el caso que decidiese trasladarse a Asturias. Este operativo permitió la localización del vehículo sustraído un día después en Cabranes, por lo que se confirmaron las sospechas de huida hacia el Principado.

La primera en caer

En la mañana del sábado, día 30, tras conocer que se estrechaba el cerco sobre ellos, la pareja abandonó la zona en dirección a Villaviciosa hasta que los agentes los localizaron caminado en una vía pública en Amandi, una parroquia del municipio de Villaviciosa, lo que permitió la detención de la mujer pero no la del fugado. La Benemérita constató posteriormente que la pareja habían pernoctado en una vivienda en Cabranes, donde se hicieron con ropa y dinero.

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Tras darse de nuevo a la fuga, 'Crespo' se refugiaba en una vivienda de Rodiles-Villaviciosa, donde también se hizo con ropa y efectos de supervivencia. Las labores de investigación de la Guardia Civil permitieron conocer el último movimiento del detenido que hizo en un taxi desde Rodiles hasta Cabranes.

Bajo la lluvia

Una vez centrado el fugado en Cabranes y, tras llevarse a cabo una minuciosa búsqueda a pie por cobijos donde pudiera haberse refugiado de la intensa lluvia que se registraba en aquellos momentos, los agentes divisaron a las 17.15 horas de la tarde de ayer a una persona que se resguardaba bajo el vial de la carretera AS-255, en las inmediaciones de la 'Senda Fluvial de Ríu Viacaba'.

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Tras identificar a la persona como el varón fugado de la prisión leonesa, la Guardia Civil procedió a su detención y localizó un cuchillo de cocina escondido en el interior de sus pantalones.

«Un tipo normal»

Hasta ese momento los vecinos han sabido de su presencia en la zona pero sin dejar ver signos de preocupación. A pie de calle no le consideran mala persona, sino fruto de las difíciles circunstancias que ha atravesado a lo largo de vida. «Era un tipo normal», llegó a asegurar el conductor de uno de los taxis que tomó en su fuga.

Normal, normal, pero con un cuchillo de cocina en el interior del pantalón.

En la búsqueda e investigación de este caso, ha recordado este miércoles la subdelegación del Gobierno participaron efectivos de la Guardia Civil de Gijón pertenecientes a unidades de Seguridad Ciudadana, Equipo Pegaso, Servicio Cinológico, Unidad de Helicópteros de la Guardia Civil, la Unidad de Seguridad de Comandancia y Unidades de Investigación y Policía Judicial.

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