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El autor confeso del crimen de una mujer en marzo de 2020 declaró en la jornada del miércoles en comisaria y este jueves en los Juzgados. El joven, de unos 28 años de edad, ha confesado el crimen aunque mantiene 'lagunas'.
«Una discusión ... por el alquiler» fue lo que motivó la discusión entre la víctima y dos de los vecinos del inmueble. Según ha relatado el autor confeso del asesinato llegaron las tres personas de la calle hablando del alquiler que le debía a la víctima. Uno de ellos quedó en el primer piso y el otro, que vivía en el tercero, subió con la mujer asesinada hasta el segundo mientras seguían discutiendo.
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En la conversación, él asegura que le pedía a la propietaria del inmueble que no les echara a la calle «que tengo dos hijos», mientras ella insistía en que pagase o se fuera «porque había otra persona que iba a pagar más».
Toda esta conversación tuvo lugar el 24 de marzo, en una hora que el acusado no sabe determinar aunque «cree» que antes de las 17:00 horas.
El acusado asegura que tras un tiempo de discusión, «empecé a perder la cabeza, tuve un forcejeo y le dí una puñalada en el estómago y otra en el cuello». El arma utilizada fue una navaja de pequeñas dimensiones que «usaba para pelar cables o comer» y que en ese momento llevaba encima.
El autor confeso del crimen asegura que le dio una puñalada en el estómago y otra en el cuello y «perdí la noción» porque lo siguiente que recuerda es que «tenía las manos llenas de sangre». El cuerpo de la mujer, de 65 años de edad, presentaba 70 puñaladas en todo su cuerpo.
También ha declarado que se guardó la navaja en el bolsillo del pantalón y posteriormente tiró en una alcantarilla en la misma calle. Y antes de ello se lavó las manos en la vivienda de la víctima. Al parecer, y según su relato, tanto en comisaría como en los juzgados, el autor confeso del crimen se compró un refresco y unas gominolas a sus hijos en una tienda cercana tras el crimen. Ya en su casa, se duchó y se cambió de ropa, la cual metió en una bolsa de basura y bajó a la calle esa misma noche.
Un día después y tras la visita de uno de los hijos de la víctima la Policía Nacional acude al lugar y comienza a investigar el crimen. Fue ese día cuando el autor confeso «peor lo pasé» porque entendió que había cometido un crimen «por una gilipollez» cuando lo que tenía que haber hecho era «no pagar como hace mucha gente».
El vecino del primero, que declaró en su momento no haber escuchado ni ruidos ni gritos ni nada extraña, ha sido detenido este jueves como complice del asesinato, tras la declaración del autor confeso del crimen.
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