Secciones
Servicios
Destacamos
caroline conejero
Nueva York
Sábado, 7 de noviembre 2020, 01:01
Ya no se trata únicamente de que haya una saca de votos 'sospechosa' ahí o que un observador electoral republicano esté demasiado lejos de la mesa de escrutinio para ver la firma en una papeleta. La estrategia de Donald Trump es la de denunciar la ... existencia de un monumental fraude a gran escala en las elecciones americanas. Y en un intento por reformular este tipo de acusaciones infundadas, ayer hizo público un comunicado donde insistía en que su exigencia de garantizar la integridad de los comicios no se refiere a una «sola elección».
A su juicio, lo que se trata es de defender el proceso completo. Además, el comunicado aboga por un sistema de contabilización del voto -cuando apenas queda un puñado de sufragios por verse- «limpio» y transparente a través de «cada uno de los aspectos que marca la ley». Todo ello sin que hasta ahora se hayan dado a conocer infracciones electorales.
En realidad, el presidente está ahora mismo encerrado en un laberinto. El mismo que él se ha construido y que cada vez se vuelve más retorcido y, al tiempo, inverosímil. En la Casa Blanca ayer no fue un buen día. Cabe suponer que su principal inquilino se encontraba en 'shock' después de que la noche anterior tres cadenas de televisión interrumpieran la retransmisión de su discurso por las acusaciones «inexactas» y hechos sin comprobar que contenía. Un hecho hasta ahora insólito en una presidencia estadounidense y que revela cómo su crédito se ha dilapidado. Ayer, además, se desayunó con las reacciones de los medios internacionales a este revés mediático. «Decadente» es un epíteto que salía en varias páginas.
En un tono menos combativo al que desplegó los dos días anteriores, el mensaje de Trump soslaya la exigencia de «detener el conteo» de votos -que ya se ha estrellado en la mesa de algún juez- en los Estados finales a punto de sellar la presidencia de Joe Biden y llama a la «total transparencia» en el recuento y la certificación de «todas» las elecciones, «porque esto ya no se trata de una sola elección», sino de «la integridad de todo nuestro proceso electoral». Por eso, añadió que todos sus desafíos legales no forman parte de una rabieta sino que están dirigidos a «reforzar la confianza de los estadounidenses en su Gobierno».
Al tiempo, su equipo electoral trató ayer de mantener la confianza, pese a tratarse de una jornada que continuó acercando al demócrata Joe Biden al Despacho Oval y, por tanto, apagando las opciones de Trump. Sus portavoces insistieron, de una forma ciertamente retórica, en que el líder republicano todavía podía dar la vuelta a la tendencia y conseguir la victoria. «Estas elecciones no han terminado», zanjaron.
Algunos analistas, por el contrario, auguraban su derrota en cuestión de horas mientras coincidían en que, si esta no se ha producido antes, es por la lentitud en el proceso de escrutinio de los votos por correo.
La cuestión es también de crédito. Su último discurso incendiario en torno a unas posibles elecciones fraudulentas y la decisión de tres cadenas de televisión de cortar la retransmisión antes de que terminara se plasmaron ayer en un aluvión de críticas en los medios de comunicación internacionales. Los periódicos belgas fueron especialmente incisivos al destacar la «decadencia» de Trump, que empaña la institución presidencial de Estados Unidos, y alertaron sobre su «peligrosa reacción» sin precedentes ante una eventual derrota.
También 'Le Monde' lamentó la actitud del inquilino de la Casa Blanca desde el martes, jornada electoral, y le trató ya de «presidente saliente», que se «agarra a una teoría del complot», planificada incluso desde meses antes de los comicios. El británico 'The Guardian', por su parte, sostiene que «está llenando el retraso (en el recuento de votos) con afirmaciones falsas de que le han robado mediante el fraude su inevitable victoria».
Pero si hay un medio que trata su situación de manera más sangrante es 'Der Spiegel'. El semanario alemán subraya la creciente soledad de Trump y asegura que es «el okupa», que libra una «guerra sucia por el Despacho Oval».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Carnero a Puente: «Antes atascaba Valladolid y ahora retrasa trenes y pierde vuelos»
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.