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PABLO M. DÍEZ
Enviado especial a Tokio
Sábado, 7 de agosto 2021, 00:32
Cuando Damián Quintero se enteró de que el kárate sería incluido por primera vez en unos Juegos Olímpicos, dejó de lado su carrera como ingeniero aeronáutico para centrarse en conseguir una de sus primeras medallas en Tokio. Y así lo hizo el viernes en ... el legendario Budokan, el sueño de todo karateca por ser el templo de las artes marciales. Se repitió el guion del día anterior, cuando Sandra Sánchez logró la primera medalla olímpica de oro en kárate, pero con un final distinto. Aunque, eso sí, también feliz. Ante otro poderoso rival japonés como es Ryo Kiyuna, tres veces campeón mundial individual y dos por equipos, Quintero se colgó la plata en la competición masculina de kata. En esta modalidad del kárate, que no consiste en combates sino en una exhibición de ataques y defensas, los jueces le dieron 28,72 puntos a Kiyuna por su kata Ohan Dai y 27,66 a Quintero por Suparinpei.
Con dos maestros como ellos sobre el tatami, el duelo fue espectacular a la hora de ejecutar sus respectivos katas. Elegidos por ellos mismos entre los 102 reconocidos por la Federación Mundial de Kárate, son valorados por un jurado que determina su técnica y capacidad atlética. Con una concentración absoluta que se notaba en la intensidad de sus miradas, desplegaron toda su habilidad sobre el tatami del Budokan, emblemático pabellón de los Juegos de Tokio 64. Con sus gradas vacías, lo único que se oía eran los gritos de los karatecas y el aire que cortaban sus contundentes movimientos entre los pliegues de sus quimonos y los disparos de las cámaras de fotos.
Nada más recoger su medalla, Quintero atiende a este medio.
-Felicidades por la plata y también por haber sido elegido el abanderado de España, junto a Sandra Sánchez, para la ceremonia de clausura de los Juegos mañana domingo.
Ha sido sorpresa, sorpresa. Bajaba yo del tatami con mi sonrisa y toda mi alegría tras haber ganado la medalla y estaba allí Alejandro Blanco (presidente del Comité Olímpico Español), quien nos ha apoyado en todos los torneos en los que hemos competido. De repente, nos ha dado la sorpresa de que nos han elegido como abanderados para la clausura. Además de una alegría, es un privilegio y un honor representar a tu país. Espero llevar la bandera bien alta.
-¿Cómo ha vivido la final, sobre todo tras el oro el día anterior de Sandra Sánchez? ¿Eso le dio esperanzas o más presión?
Me dio una presión que yo mismo me añadía. Los aros son un sueño, pero también mucha presión. Era el debut del kárate y los medios nos daban como claros medallistas, lo que es un honor pero también una responsabilidad. Así que han sido días muy duros y en los que apenas he dormido por tener esos nervios en el estómago. Pero lo he disfrutado mucho y, cuando he subido al tatami, he cambiado el chip y me he encontrado espectacular. Lo mejor de todo ha sido el kata que me llevó en la memoria… ¡y también la medalla, por supuesto! – dice entre risas.
-¿Por qué ha escogido ese kata para enfrentarse a Kiyuna?
En el Campeonato del Mundo de 2018 le gané con este kata y quería meterle presión. Como sabemos que parece un toro en el tatami y tiene mucha fuerza física, había que compensarlo con un kata más técnico y con sentimiento para cambiarle la onda… Pero no salió –vuelve a reírse encogiéndose de hombros-.
-Bueno, una medalla de plata tampoco está tan mal…
Para un karateca, ganar una medalla olímpica es… -resopla al quedarse sin palabras-. Da igual la que sea. Me prometí que quería venir a unos Juegos Olímpicos a disfrutar y he disfrutado como un enano.
-La pena es que el kárate no vuelva a estar presente en París 2024.
Todos los karatecas que hemos venido a Tokio teníamos la responsabilidad de darlo a conocer. Ahora le corresponde a París decir por qué el karate no puede estar en unos Juegos Olímpicos. Sandra y yo hemos trabajado mucho desde hace tiempo consiguiendo estas medallas y posicionando el kárate en los medios. Ahora nos seguís muchísimo y está dentro de un ciclo olímpico, lo que nos ha ayudado a promocionarnos. Antes estábamos un paso atrás porque la repercusión era solo por los mundiales, que es lo que vamos a volver ahora. Gracias a vosotros, nos habéis ayudado a darle visibilidad al kárate y muchos niños se querrán apuntar después de habernos vistos en estos Juegos.
-Y también de la serie «Kobra Kai», que está de moda.
A mí eso no me gusta. Yo vi la antigua, el primer 'Karate Kid', y poco más. Pero esto último no lo he visto. Lo intenté durante la pandemia y solo llegué al segundo capítulo.
-¿Por qué recomendaría hacer kárate?
Porque es una filosofía de vida y se puede empezar de niño o de mayor. Venimos de un arte marcial, pero no solo hay kárate deportivo como el que se practica en los Juegos Olímpicos, sino que inculca muchos valores como respeto, humildad, sacrificio… Es muy bueno para esos niños traviesos que, como era yo de pequeño, necesitan la figura del 'sensei' (maestro), como se hace en el colegio. Además, hay un gran respeto entre los compañeros. Puedes tener todos los grados y medallas que tú quieras, pero en el tatami todos somos iguales.
-Tras el Mundial de Dubái en noviembre, y con 37 años ya, ha dejado en el aire su futuro deportivo. ¿Volverá a ser ingeniero aeronáutico?
Estuve tres años y medio en una empresa trabajando como ingeniero de cálculo, pero ahora mismo me veo más vinculado al deporte. Tengo un máster en gestión deportiva y me gustaría hacer algo relacionado con el deporte que amo, que es el kárate, porque hay muchas cosas que se pueden mejorar después de haber participado en competiciones y pisado el tatami.
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