Zidane: «Me veo mejor entrenador que en mi primera etapa»

Un pleito al que los blancos llegan tras la enésima lección táctica de Zidane, que encajonó al Valencia con cinco centrocampistas que ofrecieron la versión más lustrosa del Real Madrid en lo que va de campaña, rubricando con goles las notables sensaciones que vienen acompañando a los blancos desde el partido ante el Mallorca que significó su último tropiezo, hace casi tres meses. Un movimiento con el que contrarrestó las sensibles bajas que tenía en ataque y que refrendó la condición de estratega del francés, cada vez más dúctil e indescifrable en sus planteamientos pese a que sus detractores sigan atribuyendo sus logros a la suerte. «Lo de la flor no va a cambiar y eso depende de cómo piense cada uno. Estoy para trabajar y me gusta lo que hago. El resto no lo puedo cambiar. Yo sigo fuerte y convencido de lo que hago en el campo», atajó un técnico que persigue su décimo título desde el banquillo.

«Es una final, pero para nosotros no cambia nada. Estamos contentos de jugar una nueva final y nos preparamos para eso. Es el ADN de este club. Somos un club grande y los jugadores viven para jugar este tipo de partidos», resaltó Zizou, que no ha perdido ninguno de los duelos que ha afrontado como entrenador del Real Madrid a la vista de un entorchado (ocho finales ganadas de ocho entre Champions, Mundialitos y Supercopas). «No hay más presión. Es como siempre, pero será un partido importante porque detrás hay un trofeo».

Enfrente, un viejo conocido de Zidane, el Atlético de Simeone, al que doblegó en la final de la Champions disputada en Milán y en las semifinales de la máxima competición continental en el curso 2016-2017, de nuevo rumbo a otra orejona, esta en Cardiff, aunque su balance general con el Cholo es de máxima igualdad, con tres victorias por cabeza y cuatro empates. «Cada partido es un mundo y hemos ganado y perdido partidos contra el Atlético. Mañana es una final y no será lo mismo, ni los mismos jugadores de aquellos partido», dijo restando importancia a la condición de esos choques como posible referencia para el domingo.

Volvió a esconder sus cartas de cara al once con que encarará a la escuadra colchonera a orillas del mar Rojo. «No voy a decir cómo vamos a jugar. Sabemos que lo importante es lo que se hace en la fase ofensiva, no tanto el dibujo. Cada uno puede interpretarlo de otra manera. Como un 4-4-2 cuando es un 4-3-3… Sabemos que tenemos cosas buenas. Es lo que nos importa», manifestó el entrenador del Real Madrid, que negó que exista una pócima secreta en el resurgimiento de los blancos tras la crisis derivada de la derrota en Mallorca que llegó a poner en duda su continuidad como timonel. «No hay fórmula. Lo único que podemos hacer es trabajar bien. Creo mucho en esta plantilla porque tengo a los mejores jugadores, pero eso debemos demostrarlo. Ese es el secreto: demostrarlo cuando te toca y tienes un partido», subrayó.

Elogió a Joao Félix, llamado a ser el futbolista franquicia del Atlético por talento y coste de su fichaje pese a que sigue presentando la irregularidad propia de su juventud. «No tengo dudas de que es un jugador de presente y de futuro. Es un muy buen jugador y el Atlético lo ha fichado porque es el futuro», destacó.

Y avisó del peligro que entronca un equipo lleno de tesón que fue capaz de remontar al Barça en diez minutos épicos pese a que los azulgranas fueron superiores en los ochenta anteriores. «El Atlético compite hasta el final y dio la vuelta al partido. Así es el fútbol. Hasta el último minuto puede pasar de todo. Es un equipo muy fuerte y sabemos el partido que tendremos mañana. Podemos pensar que es diferente jugar contra el Atlético o el Barcelona, pero es un equipo muy fuerte», remachó un entrenador que quitó hierro a las críticas recibidas por su homólogo culé tras esa derrota que le ha dejado en la cuerda floja. «Lo de Valverde nos pasa a todos los entrenadores».