La tapa de tarta de queso con más de cinco sabores que arrasa en León

En León, donde lo tradicional en los bares suele ser una tapa de embutido, un pincho de tortilla o un bocadillo variado, una nueva propuesta ha sorprendido y conquistado a los clientes: una mini tarta de queso como tapa.

Esta original idea nace de la mente de Jaime Martín Ríos, chef y creador de 'Panxulinas' (calle Joaquina Vedruna, 6 ) un local que desde su apertura en mayo de 2024 no ha dejado de ganar popularidad.

Jaime, especialista en repostería y apasionado de las tartas de queso, comenzó su andadura con la idea de abrir un establecimiento especializado en su postre favorito. «Al principio pensé en montar una tienda solo de tartas de queso», explica, pero pronto se dio cuenta de que en León, donde el café y los bares tienen un peso especial en la vida cotidiana, debía darle una vuelta al concepto. Así nació 'Panxulinas', un bar que, además de las tapas más tradicionales, ofrece mini tartas de queso de diferentes sabores como tapa estrella.

Desde el primer día, la acogida fue masiva. «Nunca esperamos algo así», recuerda Jaime. Las colas rodeaban el local, y la curiosidad de los clientes por probar algo tan innovador hizo que la demanda se disparara. Sin embargo, la idea de ofrecer tarta de queso como tapa generó cierta sorpresa al principio. «Cuando la gente la ve, dicen 'No, solo un trocito, un trocito'. Yo les explico que no es un trozo, sino una tarta individual en sí, pequeñita, pero completa».

Esa primera reacción suele transformarse rápidamente en asombro y admiración. «Cuando la ven, dicen 'Ay, qué cuqui, qué chulo, qué mono' y ya empieza a llamar la atención. Al final, el boca a boca ha hecho que cada vez más gente venga a probarla».

El «éxito» de esta tapa no solo radica en su originalidad, sino en el trabajo artesanal que hay detrás. La preparación de estas mini tartas es laboriosa y requiere más tiempo que una tarta tradicional. «Hacer tantas unidades no es más complicado, pero sí más costoso en tiempo y mano de obra. Hay que hacerlas una a una, con moldes pequeños, preparar la base de galleta, añadir el relleno, hornear, desmoldar y dejar enfriar. Lleva mucho más tiempo que hacer una tarta grande», detalla Jaime.

Cada mes, dos sabores nuevos se suman a la carta, mientras que las cuatro variedades clásicas –queso tradicional, pistacho, Lotus y Oreo– se mantienen fijas. «Este mes, por ejemplo, tenemos una de mantequilla de cacahuete con chocolate blanco, que está gustando muchísimo. Tanto, que hay clientes que me piden que no la cambie», comenta entre risas.

El éxito de estas mini tartas ha sido tal que los clientes no solo las disfrutan en el local, sino que también las compran para llevar: «Las más pedidas son la de queso tradicional y la de pistacho, están ahí ahí. Depende del día, pero esas dos son las que más triunfan tanto para comer aquí como para llevar a casa».

Además de ser una idea innovadora, esta propuesta ha servido para dar visibilidad a la repostería artesanal en León. «Es un gran escaparate comercial. Mucha gente prueba las tartas aquí y luego se las lleva para celebraciones especiales», afirma Jaime.

A pesar del esfuerzo que supone la elaboración de estas mini tartas, el joven repostero lo tiene claro: «Merece la pena. Es una forma diferente de dar a conocer lo que hago y que la gente descubra sabores nuevos».

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