La peatonalización de Ordoño II y todas sus remodelaciones

Hemos caminado por Ordoño II de arriba abajo hasta obtener una perspectiva cosmogónica de todo su contexto. Han pasado semanas y semanas de estudio y, tras alcanzar un zénit narrativo, publicitario y notorio, se ha llegado a la conclusión definitiva de estos artículos referentes a Ordoño II. Coincide, el final de esta cruzada, que viene a ser tan ambiciosa casi como la que hizo aquel Flâneur al incio del año con la Imprenta Moderna, con una fecha muy especial para el Odonista de la ciudad de León. Hoy, veintisiete de diciembre, cumplo veintisiete años.

Y como no podría ser de otra manera, al igual que durante un cumpleaños, un ciudadano sensible trata de observar cuál ha sido la trayectoria emocional de un proceso vital, deseo confeccionar este artículo como eso, exactamente como un registro del avance de la Avenida Ordoño II. Conozcamos, con tan solo una interrupción más, la historia de las remodelaciones y las obras que han acontecido en la calle más famosa de la ciudad, la avenida Ordoño II.

Como es ya de esperar, les reconozco, a todos ustedes, la hazaña de estar siempre ojo avizor, en busca de alguna errata o de algún pequeño fallo histórico. Pero esta vez, no es de extrañar, ya que durante los últimos meses ya son miles de lectores los que se hacen eco de estos artículos, que reciba peticiones de todo tipo. En especial, y la que, en realidad, más han demandado, ha sido la ausencia de alusiones al famoso bar ROX, de la avenida Ordoño II. Cómo no, dirijámonos, antes de adentrarnos en la historia de las remodelaciones de Ordoño II, hacia el pasado. Contemplemos el júbilo y la algarabía que reinaba en los bajos del Hotel Quindós y veamos algunos datos sobre el famoso bar musical ROX.

En el hotel Quindós, que sería después la Casa ChupaChups, existía un bar que todo leonés frecuentaba durante las horas felices. Este era único, pues en él tenían lugar espectáculos musicales y tertulias sociales y literarias. Concretamente, la gente recuerda cómo sus padres se reunían alrededor de una mesa, y el camarero les ofrecía un chupachups mientras los esperaban.

En especial, recuerdan a dos personalidades muy cercanas; Agustín y Esteban Quiñones. Ellos eran el espíritu del lugar. Como reza este periódico, a principio de los setenta, el Rox cerró sus puertas para siempre, perdiendo, con él, una gran parte de la tradición cultural de León.

También encontramos, en la Proa Nacionalista de 1939, un periódico de León, publicidad de establecimientos como el Cine Mary y el Bar Hollywood.

Observen qué maravillosa instantánea de finales del siglo XIX. Incluso diría que nos encontramos al albor de la mitad de dicho siglo, pues las moreras continúan plantadas. Contemplen cómo la tierra virgen incita al paseante solitario que es mi contraparte, el Flâneur, a huir del fango, a despreciar los charcos y a olvidarse del barro que ocupa. Caminemos, de la mano, queridos lectores y lectoras, hacia la evolución más sagaz y primigenia, hacia la civilización y hacia el desarrollo urbanístico conociendo todos los cambios acontecidos en la vía que lleva por nombre Ordoño II.

La civilización de los pueblos, durante el siglo XX debe comenzar de la mano brillante de la luz y de la electricidad. Por lo tanto, como ya habían hecho por aquel entonces en la Plaza de Santo Domingo, se procedió a colocar el alumbrado público y central a lo largo de la calle. En otras imágenes, datadas de principios de siglo, ya se observaba cómo algunas bombillas cruzaban, con hilos prácticamente invisibles, de lado a lado el ancho de la avenida para iluminarla en las oscuras noches leonesas.

Según el artículo en el que aparece la instantánea: el caballete sobre el que se suben los operarios fue construido a partir de una maqueta que fue expuesta en la Primera Exposición Nacional de Inventores Españoles y le mereció un reconocido éxito a su autor, don Mariano Gómez García.

En 1948, se colocan las farolas laterales, para modernizar la iluminación de la avenida y se modifica el pavimento para adecuarlo a la moderna evolución de la arquitectura leonesa. En 1962, el entramado vital de Ordoño II también se vio alterado, pues se procedió, con el cuidado al que tenían acostumbrado los obreros, al asfaltado de la calle al completo.

Como Odonista de esta ciudad, me gustaría poder darles un consejo de amigo. Observen, sean cuidadosos, y precavidos, pero sobre todo estén atentos a su alrededor. Dense cuenta, cómo, detrás de la maquinaria que vierte el alquitrán en el suelo, descansan erguidas las dos casas gemelas de la Fundación Fernández Peña. ¡Qué hermosa esta investigación, que me devuelve trazos del pasado para poder compartirlo con ustedes!

La Casa Gemela perdida no es lo único que podemos ver en el fondo de la imagen. En un primer plano, los operarios de la empresa ultiman los detalles del asfaltado de la carretera. Al fondo, Lobato, del que ya hemos hablado. Antes, el famoso Cine Azul. Esta no sería la única obra y remodelación que sufriría Ordoño II. Conozcamos, de forma más contemporánea, cómo el panorama urbanístico de la ciudad cambió con la presencia de una nueva mole arquitectónica. Pero, esta vez, subterránea.

Se procede, en 1996, a cerrar la Avenida de Ordoño II durante al menos un año. Estas obras pretenden colocar, bajo el suelo de la ciudad, un parking para más de 500 plazas con cuatro plantas subterráneas.

Imagínense, se lo suplico, un portentoso edificio de cuatro plantas con la capacidad para albergar 500 vehículos, servicios, escaleras y demás accesos, como rampas y ascensores. Ahora ocúltelo bajo tierra, sin alterar ningún elemento arquitectónico de la superficie y disfrute, al igual que lo hice yo en su día, del progreso del ser humano.

Este hecho traumático, sin duda, para el firme de la avenida, se saldó con varios baches y problemas que hubieron de ser subsanados años después. Pero Ordoño II ya había comenzado a ser testigo del paso de los dirigentes, de los arquitectos, de los proyectos y del cambio. Por eso, ya pocos recuerdan los adoquines que conformaban el entramado axial entre Santo Domingo y Guzmán.

Estos desaparecieron pocos años ha y, en su lugar, se asfaltó la calle y se colocaron los famosos escudos de León. Como ya saben, pero se lo recuerdo igualmente, este Odonista no se posiciona con ningún ideal político ni social. Solo expone el caso y los datos históricos. ¿Y ustedes, se posicionan? ¿Darían su opinión respecto a los infinitos cambios que ha sufrido esta arteria de León? Como siempre, les leo en redes sociales y en la sección de los comentarios. Muchos han sido los proyectos que han separado a los leoneses.

Y como colofón, al ser el día de hoy mi cumpleaños, me voy a posicionar, retractándome en cuanto a mi anterior afirmación. Pero no será ahora, sino que obtendrán mi opinión personal al final del artículo. Ordoño sufrió, en cuestión de tres años, dos obras muy significativas. La última de ellas, y la más actual, dio comienzo el 26 de agosto de 2020 y terminó tres meses después, con la retirada de las vallas que impedían caminar a los transeúntes por el asfalto recién pintado.

¿El resultado? El que ven desde el Ayuntamiento, que tiene también como testigo a la cúpula de la Casa Lubén. Una llamativa avenida colmada de colores atractivos dispuestos en forma de triángulos que sirven de efecto llamada para los turistas extranjeros. Esta obra costó casi medio millón de euros.

Hoy, veintisiete de diciembre, se despide este Odonista del año 2023, que ha traído mucho más de lo que uno podría llegar a esperar. Me despido de todos ustedes con la convicción de que el nuevo año les colmará de buenas nuevas y con la seguridad de que nuestros caminos se cruzarán todos los lunes y los miércoles en este fantástico periódico, digital, sí, pero sobre todo humano.

Ha llegado el día, despidiéndonos de Ordoño II y del 2023, de que exponga mi alegato, uno subjetivo y que dista de ser real. Pues mi ilusión siempre ha sido esta, que confeccionaron los satíricos compañeros del DARÍO de León, y que enamora a mi espíritu naturalista y melancólico, haciéndome desear, como propósito de año nuevo, que Ordoño II se convierta en un canal navegable.

No haga caso, se lo suplico, a este humilde escritor, que embebido por la retrospectiva, explora futuros inciertos que nunca conocerá. Ahora sí, me despido al fin, deseándoles un periodo festivo fructífero y un agradable final de año.

Leo sus propuestas e ideas en los comentarios. Nunca dejen de mirar hacia arriba, para conocer las fachadas de los edificios más emblemáticos de León, y para encontrarse con el nombre de las calles, que esconden más historia que muchos libros de texto.

Nos encontraremos en el camino.

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