Derrumbe en un pueblo de León: «Se nos ha caído la mitad de la iglesia, colapsó»

Tristeza en la pequeña localidad leonesa de Fresnellino del Monte por el derrumbe parcial de uno de sus «emblemas», su iglesia de Santiago Apóstol. Corrían las las 14.45 horas de la tarde del lunes 24 de marzo cuando unos vecinos del pueblo perteneciente al municipio de Ardón pasaban con su coche junto a la iglesia para sentir, minutos más tarde, «un ruido». Rápidamente un grupo, con el presidente de la Junta Vecinal, Amalio Álvarez, a la cabeza, se personaba en la entrada del pueblo para comprobar, consternados, que uno de los muros del templo se había derrumbado.

«Se nos ha caído la mitad de la iglesia, no hay más, no hay más», lamenta visiblemente emocionado el pedáneo, que señala entre los escombros la figura del San Isidro. La imagen es, desde luego, tremenda. La práctica totalidad de una de las paredes sucumbía a los elementos dejando un rastro de escombro de tierra. Desde el exterior se puede observar cómo las paredes que se mantienen en pie presentan humedades, y algunos retablos están dañados.

Una intervención en el templo en 2020 ha evitado que los daños fueran mayores. La subvención del Instituto Leonés de Cultura de 37.000 euros permitió arreglar hace cinco años el tejado, que se ha mantenido firme a pesar de la caída de la pared.

El motivo del derrumbe, explica el pedáneo, las lluvias de los últimos días, que «ablandaron las paredes, que son de tierra, y se cayó». Mientras los técnicos del Obispado revisan la estructura, nos atiende la alcaldesa de Ardón, Mónica Marne, que señala que estos muros de tapial «aguantan muchísimos siglos, pero hay que cuidarlos mucho. No es el caso y con tanta lluvia se vino abajo», señala, al tiempo que celebra que ninguna persona resultara herida.

La Guardia Civil acordonaba la zona para evitar más daños ya que existe «peligro de que ceda toda la estructura». La prioridad que se marcan los técnicos es desescombrar, limpiar y apuntalar el muro para asegurar la pared intentando «que esto sea lo menos perjudicial para el pueblo». Más adelante se estudiará por dónde pasa el futuro de un templo de más de 500 años de antigüedad y que para su pedáneo es un «emblema» para los 30 vecinos empadronados en Fresnellino.

Porque los vecinos, aunque reconocen que el templo no tiene mucho uso ya que tan solo se abre con motivo de entierros o en fiestas, piden que se actúe para que no se pierda su iglesia. La alcaldesa de Ardón asegura que intentarán, junto al Obispado y el ILC a través de las ayudas específicas que tienen para edificios eclesiásticos, poner en marcha «con carácter de urgencia» alguna intervención para «mantenerla en pie».

Por el momento, confían en que el tiempo respete, las lluvias cesen y los técnicos puedan trabajar para desescombrar el templo y apuntalarlo.

Este es el último capítulo de una triste lista de sucesos que en los últimos años se han cebado con el patrimonio eclesiástico de León.

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