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Interior de la Colegiata de Santa María de Arbas.
Leyendas de León

El oso y el buey que ayudaron a levantar una colegiata en León

La leyenda del oso y el buey es una de las más conocidas en los valles de Arbas y La Tercia y que está reflejada incluso en una de las puertas del templo

Sábado, 22 de febrero 2025

Son decenas las historias que se relatan en torno a la Colegiada de Santa María de Arbas, muy cerca de la cima del puerto de Pajares y uno de los últimos edificios en suelo leonés en esta zona de la montaña leonesa.

En sus orígenes, en el siglo XII, fue un hospital para peregrinos que iban rumbo a Oviedo para visitar a San Salvador - en lo que hoy es conocido como el Camino de San Salvador -. Su construcción fue ordenada por el conde leonés Fruela Díaz y tuvo distintos usos: hospital, albergue para los pobres e incluso para reyes como Alfonso IX o refugio para el ganado.

Hasta que alcanzó en el siglo XV su nombramiento como abadía. Siglos adelante se amplió y acabó siendo un templo, perdiendo esa función de hospital y albergue, pero siendo Monumento Histórico Artístico en 1931.

Pero, ¿qué leyenda guarda entre sus paredes este curioso templo, ubicado a casi 1.400 metros de altitud? La leyenda se gesta en la construcción del edificio, allá por el siglo XII.

La leyenda del oso y el buey de Arbas

Según cuentan las gentes de La Tercia y el valle de Arbas, y aparece recogido en la obra La leyenda del oso y el buey de María Belén Santos, un carretero y monje de la zona, que respondía al nombre de Pedro, transportaba piedras desde la localidad de Pendilla, que contaba con una cantera, hasta Arbas del Puerto.

Acompañado de un carro tirado por dos bueyes, en uno de sus trayectos un oso se interpuso en su camino, atacando y matando a uno de sus bueyes. Con una sola res, este monje no podía seguir porteando la carga y, por tanto, no podría cumplir con su cometido y el templo no se levantaría.

El escudo del municipio de Villamanín, con el oso y el buey en la parte superior derecha y la colegiata de Santa María de Arbas en la parte inferior.

Entonces, persiguió al oso y consiguió uncirlo con el otro buey para tirar de carro y continuar con su tarea hasta que se completaron los trabajos. Es por ello que en la portada occidente aparecen dos modillones o voladizos que representan a un oso y a un buey.

Esta leyenda se extendió por esta zona de la provincia de León, que históricamente se ha dedicado a la ganadería, y su relevancia ha sido tan grande que en el escudo del municipio de Villamanín - al que pertenece la localidad de Arbas del Puerto - aparecen un oso y un buey.

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