Consternación en Villablino: «El pueblo está desolado, el corazón lo tiene uno destrozado»

Villablino encara este martes 1 de abril sumido en un luto que se ha palpado en sus calles desde la llegada de los primeros rumores. La tragedia ocurrida en la mañana de este lunes 31 de marzo ha dejado una profunda herida en la comarca: cinco mineros perdían la vida tras una explosión registrada en la mina de Cerredo, en el concejo asturiano de Degaña, mientras otros cuatro resultaron gravemente heridos.

Las víctimas mortales —Iván, Rubén, Jorge, Amadeo y David— eran vecinos de Villablino y Torre del Bierzo, de entre 32 y 54 años. Algunos de ellos, según apuntan los vecinos, «con mucha experiencia en la mina». El accidente laboral, según los primeros indicios, se produjo por una posible «explosión de grisú» poco antes de las 9:40 horas en una explotación minera perteneciente a la empresa Blue Solving, constituida en 2022.

El polideportivo municipal de Villablino acogerá desde este martes la capilla ardiente donde familiares, amigos y vecinos podrán dar su último adiós a los cinco trabajadores. El ambiente en el municipio es de «dolor y consternación».

«Me enteré por la mañana por las noticias… Les conocía a todos, bueno, a todos menos uno que era del Bierzo», relata José Antonio de Anta Méndez, vecino de Laciana.

«Tengo fotos con ellos… Un chaval de 32 años que tuvo ganao, y ahora entró a la mina«, explica muy afectado. »Otro estuvo conmigo en la de cielo abierto. Y uno era de Sosas… tenía un neno de dos años».

Las historias se repiten de boca en boca y cada nombre trae un recuerdo: un saludo, una anécdota, una conexión.

José María Sousa, de 45 años, se encontraba en el gimnasio cuando le llegó la noticia: «Una explosión de grisú en el antiguo coto, nos decían. Nada más entrar, todos estábamos pegados al teléfono. Éramos diez, y todos con el móvil en la mano. Al final, todos eran de la zona».

Entre los heridos, dos operarios de Laciana y dos de El Bierzo, algunos fueron trasladados en un primer momento al centro de salud de Villablino con quemaduras, y luego evacuados debido a la gravedad: uno al Hospital de León y otro al del Bierzo, en Ponferrada.

La tragedia ha removido antiguos miedos y ha traído de vuelta recuerdos demasiado conocidos. Francisco Quintaes Álvarez, minero jubilado, compartió trabajo con varios de los fallecidos: «Trabajé con ellos en contrata. Cuando eres de contrata te tratan peor, cobras menos, haces el trabajo que nadie quiere«, indica indignado.

«Ayer por la mañana hablé con uno por teléfono… le mandé una foto de un coche que se parecía al suyo. Poco después pasó todo».

Benita de Jesús Santa Engracia, vecina y camarera, recibió la noticia en su local: «Vinieron unos clientes y me lo contaron… Hay dos o tres nenos que conozco bien, venían aquí, andaban por aquí. Son chicos jóvenes. Uno que le decía 'ojos bonitos' tenía 32 años, como mi hijo. El corazón en un puño… el pueblo está desolado y el corazón lo tiene uno destrozado».

El accidente ha dejado a Villablino y su entorno sin aliento. El recuerdo de los que ya no están se suma a la indignación por las condiciones laborales y por el regreso de una tragedia que muchos creían cosa del pasado. «Somos cuatro los que quedábamos de los de antes… y mira ahora», lamentaba Francisco.

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